Capítulo 4 : "Club de lectura"

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Las clases de la mañana habían terminado, saliendo del salón fui a ver cómo le iba a mamá en su primer día de trabajo.

  Al llegar al aula de historia la vi hablando con un señor más o menos de su edad, lo que llamó mi atención fue la expresión de molestia que tenían sus rostros. De no ser porque somos nuevas en este lugar, pensaría que ellos se conocen de toda la vida, pues hablaban de una forma que yo no hablaría con un recién conocido.

—Hum, hum —Aclaré mi garganta para que supieran que estaba entrando.

Al verme, ambos cambiaron sus caras serias y me recibieron cálidamente.

—Señor Monroe, esta es mi hija Eva —Me presentó a aquel señor de barba negra.

—Mucho gusto Eva —Me estrechó su mano educadamente —¿Cómo te va en tu primer día de clases?

—La verdad... todo es nuevo para mí, pero nada que no pueda manejar —Respondí devolviéndole el saludo.

—Bueno, bienvenida a Heverhood —Sonrió a boca cerrada.

—Bueno Tarah, el deber me llama, mucho gusto en conocerte colega.

En cuanto el hombre salió del salón me senté en el puesto de mamá.

—¿Y bien? ¿Cuéntame qué tal tu primer día de trabajo?

—Todo bien mi vida, estos chicos son indomables, pero nadie se resiste a mis clases de historia. —Reímos con complicidad.

Sabía muy bien que mamá era de las profesoras más estrictas que jamás había conocido, nunca me dió clases, pero yo siempre la esperaba a que terminara sus clases para irnos juntas a casa y presencié más de una vez los exámenes sorpresa que le aplicaba a sus estudiantes...

Pero luego esa sonrisa se me borró del rostro, pues había recordado algo.

—Mamá... —Hice una pausa dudando de lo que estaba a punto de preguntar.

Mi madre, quien había dejado de organizar sus cosas, se quedó atenta esperando a lo que le iba a decir.

—Qué raro que dejaras mi matrícula de último...

Desde que Lucy me comentó ese dato, la duda se quedó clavada en mi mente. Mi madre es súper puntual con respecto a mis estudios, siempre me ha dicho que estoy hecha para "grandes cosas”.

—¿De dónde sacas eso Eva? —Me miró de forma recriminante —Yo podré olvidar mi cabeza, pero nunca tus estudios.

—Tranquila, seguro fue un error.

Tal vez sí es un error en mi expediente, o Lucy leyó mal. De una cosa sí estoy segura, y es que mamá jamás me mentiría...

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Aproveché el horario de recreo para ir a la biblioteca, Lucy me había comentado que es ahí donde son las inscripciones para el club de lectura… Pero primero tenía que averiguar cómo llegar hasta ahí…

 
     Junto a cada salón hay un mapa con la ubicación de cada ala de la escuela, y agradecí de que a alguien se le ocurriera semejante idea, pues esta escuela es un laberinto para los nuevos estudiantes…

Caminé por unos minutos entre los pasillos, guiándome por la foto que le había tomado al mapa con mi celular. Cada esquina me parecía idéntica, y para mi desgracia no había ningún estudiante cerca, pues por lo visto todos acostumbran pasar el recreo en el jardín.

   Mientras veía la foto en mi celular, evidentemente perdida, choqué contra alguien.

—¡Disculpa, no te ví! —Realmente estaba apenada.

Secretos de Sangre  Where stories live. Discover now