Capítulo 34: "Voces"

136 46 27
                                    

Todo estaba muy tranquilo, demasiado para mi gusto. Solo se escuchaba el trinar de las aves y a lo lejos, muy en el fondo, se escuchaba el sutil sonido del agua de un riachuelo correr...

Tal vez ya los demonios no estén ahí...

Me planteaba esa idea mientras la vista se me perdía en el campo de Zinias. Todavía me resultaba descabellado que al cruzar las flores, unos demonios estaban esperando listos para despedazarnos, pero luego recordé que nada aquí parece ser lo que es.

Casi muero en mi propia mente...

Luke estaba sentado sobre una gran roca, de sus labios no salía ningún sonido, estaba perdido en sus pensamientos mientras afilaba unas puntas de flecha.

Quisiera saber en qué está pensando cuando está así en silencio.

Una vez le pregunté por qué había traído una ballesta en lugar de un arma de fuego. Me imaginé que es porque no necesita tanto mantenimiento y es fácil hacer sus municiones, en cambio su respuesta fue otra...

—Las ballestas son para cazar bestias, Eva, y tu madre es prisionera de una gracias a mí.

Gracias a nuestra pelea con el Huargo, los animales que hemos cazado y mis prácticas de tiro, ya no le quedaban muchas flechas, así que se dispuso a preparar la mayor cantidad que pudiera hacer, mientras que yo lo observaba en silencio desde la distancia con un nudo en la garganta que sólo se me quitaría diciendo lo que me estaba atormentando...

—¿Sábes que no vas a entrar solo ahí? —le dije de repente, mientras que él dejó de afilar sus flechas.

—Ya hemos hablado de eso, no vas a ir conmigo y punto —Ni siquiera me miró a la cara, él sólo continuó afilando las flechas.

—¡No, no! ¡Ya lo has hablado tú! ¡Estás muy loco si piensas que voy a hacer lo que tú quieras!

Luke se puso de pie furioso, dejando caer lo que tenía en sus piernas, su respiración se volvió agitada y sus pupilas se dilataron al instante. Caminó hacia mí con pesados y apresurados pasos y me tomó fuerte por los brazos...

—¡No entiendes que estoy tratando de protegerte! —Me gritó viéndome a los ojos mientras me zarandeaba bruscamente.

—¡No quiero que me protejas! —Me quité de un tirón sus manos de encima de mí, me había apretado tan fuerte que sus dedos quedaron marcados en mi blanca piel.

—¡Eso no es lo que parecía cuando te saqué de esa brujería!

Lo miré desafiante mientras que él tensaba su mandíbula...

—¡Eres un idiota! —Grité furiosa por la frustración, porque sabía que tenía razón, de no haber sido por él probablemente ya estuviera muerta.

—¡Eva! ¡Yo voy a sacar a tu madre de ahí! — señaló furioso hacia el campo —¡Demonios! ¡Hoy casi mueres! ¡Pude matar a esas brujas, pero créeme, lo que hay ahí dentro es mucho más peligroso!

—¡¿Por qué te preocupas tanto por mí?!¡Dime!

Diciéndole eso él dió unos lentos pasos hacia atrás dejando así de discutir.

—¿Es que no lo entiendes? —hizo una pausa, esta vez su voz se escuchaba un tanto temblorosa.

—¿Qué tengo que entender, Luke? ¡Dime! — lo miré furiosa— Realmente no te entiendo, no soy capaz de entender nada de lo que haces.

Se quedó viéndome en silencio por un instante.

—No quiero que te pongas en peligro, eso es todo…

Secretos de Sangre  Where stories live. Discover now