Capítulo 11: "Vísperas al baile"

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  —¡Eva! —Marcos corrió hacia mí en cuanto me vió llegar a la escuela.

Marcos pasó el fin de semana lejos de Aston, atendiendo unos asuntos familiares con su abuela. Aunque moría por interrogar me sobre el Urus, no tenía cómo llegar hasta mi casa.

—¿Estás segura de que no era un lobo? —Susurró.

—Sí, Marcos, estoy segura —Lo miré directamente —Un lobo tiene pelo, y este animal no lo tenía, un lobo no tiene los ojos rojos. La piel de este animal era marrón y tenía unas venas rojas que se veían a simple vista.

—¿Cómo supiste que era un Urus?

—Porque Luke apareció de la nada y me salvó la vida.

—Esto cada vez se pone más turbio. —Su voz se escuchaba como si estuviese analizando todo en su cabeza.

—¿Y sabes que es lo más extraño? —Lo miré a los ojos —Que Luke me dió a entender que mi madre sabe sobre esas bestias y creo que me oculta algo.

—¿Por qué no la enfrentas y le preguntas?

—Pues porque la conozco bien, y si hasta ahora no me ha dicho nada es porque quiere mantenerlo así, en secreto.

Estaba tan confundida y furiosa. No me cabía dudas sobre la existencia de esas bestias, yo misma la vi, algo me dice que hay más cosas allá afuera y mi madre me las está ocultando. La confianza que le tenía se ha ido fraccionando, pues ella nunca me ha ocultado nada… y luego está Luke, quien me dejó una runa maldita para romper un sello del cual no tengo ni idea, intentó atropellarme y luego apareció de la nada y me salvó la vida.

No sé ni qué pensar sobre él…

Pasé un fin de semana silencioso, encerrada en mi cuarto y velando que mi herida no se fuera a infectar.

Marcos y yo caminamos juntos por el pasillo de la escuela y fue cuando nos encontramos con un gran cartel en el mural de informaciones, el cual decía que todos los estudiantes de segundo año tenían que presentarse en el gimnasio inmediatamente para el ensayo del baile.

¡Genial! Lo último que quiero ahora es ensayar para un tonto baile.

Los de segundo año eran los únicos que podían bailar, pues solo está permitido bailar una sola vez en la vida, o más o menos es lo que he escuchado de Lucy, la edad escogida para eso era diecisiete años, tal vez porque no somos lo suficiente jóvenes, ni tampoco lo suficiente mayores.

***

El gimnasio estaba repleto de personas, no tenía ni idea de que hubieran tantos estudiantes de segundo año.

Gritos, aplausos, silbidos, era todo lo que se escuchaba en el local. Al entrar, enseguida vimos a Lucy y Jordan sentados en lo último de las gradas y fuimos directo hacia ellos.

—Bueno chicos... —Dijo la directora entrando en el gran salón —No puede haber baile si no hay parejas, así que eso es lo que haremos ahora —Habló enérgicamente a través de un gigantesco megáfono que traía en sus manos.

—Iremos llamando a las chicas, niñas, ustedes van a sacar de este frasco un papel, el nombre que diga, esa será su pareja.

Automáticamente, la algarabía comenzó a resonar en aquel lugar, los chicos silbaban y daban golpes en el suelo con sus piernas y las chicas aplaudían y gritaban como locas.

Todos esperaban ansiosos el día del baile, a fin de cuentas, solo se da una vez en la vida, una sola oportunidad de bailar, una sola oportunidad para obtener la aclamada llave de la ciudad.

Secretos de Sangre  Where stories live. Discover now