Capítulo 47: "Batalla final (Parte 2)"

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Eva hablando:

  Esto aún no acaba…

¿Quién dijo que iba a ser tan fácil?

 

  Volvimos a escuchar el rugido estremecedor, el mismo rugido causante de que las aves alzaran el vuelo despavoridas, ese mismo rugido que puso a mi corazón a trabajar a mil por hora, y que hizo que nos prepararamos para lo peor…

No nos vamos a rendir…

Vamos a pelear por los que ya no están, por los que sufrieron a manos de ese monstruo…

Miramos hacia los árboles, y justo en ese momento del bosque salió Lucian, o al menos la sombra de lo que queda de él... Con sus grandes y fuertes brazos golpeó a Ana y a Regina, lanzándolas contra la pared de una de las cabañas, dejándonos escuchar el aterrador estruendo que hicieron sus cuerpos al chocar contra la madera, y luego las dejó inconscientes en el suelo. Monroe corrió en su dirección y se puso frente a ellas, luego alzó una de sus manos con determinación, y justo cuando el Huargo iba a atacarlos:

—¡¡Praesidium!! —Gritó el brujo y de la nada creó un poderoso escudo mágico, el cual le dio a Lucian una gran descarga eléctrica en cuanto lo tocó.

El monstruo rugía enfurecido ante la impotencia de no poder hacerles daño...

«Se escucharon más aullidos, muchos aullidos»

—Llegó la caballería —dijo Ian con una sonrisa de alivio en sus labios.

Del bosque salieron más lobos, pero estos eran aliados, amigos. No sabría decir cuántos eran, pero eran los suficientes para hacer la diferencia.

—¡Quédense y protejan a los humanos! —Ordenó Lucas, segundos antes de correr hacia el resto de los lobos.

—¡Lucas! —Gritó Luke y Lucas enseguida volteó a verlo.

—Cuídate mucho, tío —Ambos sonrieron.

—Tranquilo, está a salvo conmigo —Interrumpió Ian.

  

Todos los lobos atacaron a Lucian a la misma vez... 

Mordidas, sangre, rasguños... Le hacían de todo, pero sus heridas se regeneraban a una velocidad increíble.

¿Pero qué demonios?

 

Cada golpe que Lucian lanzaba, cada mordida que daba, era incluso más fuerte y mortal que la que le daban a él... Estaba lleno de sangre, su pelaje negro hacía contraste con el color carmesí, y de sus garras goteaba el líquido rojo. Con cada golpe que daba los lobos salían disparados lejos de él y muchos no vivían para contarlo.

Luego Ian saltó sobre él…

Lucian lo atrapó en el aire, y fue entonces cuando presenciamos algo realmente doloroso y desgarrador...

El maldito monstruo agarró a Ian por sus patas delanteras y tiró de sus manos abriéndolo por la mitad...

Un incómodo silencio reinó entre nosotros y las lágrimas corrían por mis mejillas al ver la sangre y las vísceras de Ian cayendo encima de Lucian, y luego, el maldito tiró al suelo con desprecio ambas mitades de su cuerpo.

Secretos de Sangre  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora