Capítulo 31: "La cueva"

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   Caminamos horas sin parar. Esa extenuante y agotadora caminata hubiera sido más amena si aunque sea hubiéramos venido conversando, pero no fue así.

Otra vez lo está haciendo, otra vez está construyendo una barrera entre nosotros...

Luke acababa de abrirse conmigo. Me acababa de contar cómo murió su madre, me acababa de contar la historia más traumática jamás había escuchado...

Su padre la mató…

¿Qué clase de padre hace eso?

Sólo un monstruo es capaz de hacerlo.

 

En el momento en que ví lo quebrado que estaba corrí a abrazarlo. Sabía perfectamente que aunque no lo pidiera él lo necesitaba, necesitaba un abrazo de apoyo, un abrazo que le dijera que no está solo, que está bien estar triste, que está bien expresar el dolor porque sí, él lloró cuando lo abracé, y está bien, nunca lo había hecho en toda su vida, nunca se había desprendido de ese dolor, que aunque nunca desaparece por completo sí aprendes a vivir con él...

No debe ser fácil descubrir que tu propio padre asesinó a tu madre, que la asesinó de la manera más fría y retorcida que podría existir...

La mató por poder...

 

Pensé que Luke y yo habíamos creado un vínculo, pero no fue así, él volvió a cerrarse, ni siquiera volvió a hablarme. A veces me confunde tanto con su facilidad para hacer y luego deshacer las cosas... Pero no dejé que esa indiferencia me afectara.

Hay algo mucho más importante que tengo que hacer, y eso era en lo que tenía que estar enfocada:

 
Mamá...


Podía notar que, mientras más nos acercábamos a las ruinas de Zinia, Luke se preocupaba aún más. Cada vez estaba más en alerta, incluso desconfiaba de cada paso que dábamos... Pero lo más raro de todo eso era, que no habíamos visto a ningún Uros desde hace varios kilómetros.

Hay algo en esas ruinas que los asusta, y no creo que sean las brujas precisamente...

   Cada vez hacía más frío y eso dificultaba aún más las cosas, por lo menos para mí, porque soy bastante frío lenta y una simple brisa invernal puede hacer estremecer mis huesos con facilidad.

Ya era tarde y estábamos buscando un lugar dónde acampar y resguardarnos del invierno. Hasta que llegamos a una parte del bosque bastante oscura y tenebrosa, donde a lo lejos alcanzamos a ver una profunda cueva, rodeada de rocas y árboles que comenzaban a retorcerse por el viento y el frío.

Todo se veía demasiado tranquilo y silencioso.

—Espera aquí, voy a comprobar que sea seguro —Me pidió, mientras dejaba su mochila en el suelo y entraba cuidadoso con su daga en la mano.

—Ten cuidado…

 

Me quedé afuera, mirando fijo la entrada, esperando ansiosa a que Luke saliera. Ese lugar no me transmitía confianza, sobre todo si estábamos en invierno.

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