Capítulo 24: "Intruso"

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   —Lo conozco porque es mi padre. Él me quiere muerto.

Fue lo único que dijo sobre él ¿Cómo es posible que un padre quiera muerto a su propio hijo?

Hubo un incómodo silencio entre nosotros, a cada rato volteaba a verlo para intentar decirle algo pero ¡Qué demonios le iba a decir!

Luke estaba perdido en sus pensamientos, solo miraba fijo hacia la carretera mientras apretaba fuerte el volante con ambas manos. Su entrecejo estaba arrugado y su mandíbula tensa... su cuerpo estaba aquí, sentado junto a mí, pero su mente estaba en otro lugar.

—No estás a salvo conmigo, Eva —Sostuvo fuerte mi mano sorpresivamente —Quédate aquí, yo voy a buscar a tu madre.

—Es muy tarde para eso Luke, ya estoy metida en todo esto hasta el fondo, es mi madre, voy a buscarla y pelear por ella.

—¿¡No lo entiendes niña!? —Estaba realmente furioso.

—¡¡Sí, sí te entiendo!! —Lo miré furiosa, no pensaba dejarme intimidar —¡Una vez que conoces la oscuridad ya no puedes escapar de ella! ¿Recuerdas?

—¡¡Estás a tiempo maldita sea!! —Sus ojos se volvieron amarillos.

Luke frenó el auto en seco, tensó aún más su mandíbula, sus ojos amarillos realmente daban miedo y de un momento a otro comenzó a golpear furioso el volante mientras daba gritos de furia...

—¡Hey, hey, tranquilo! —Sostuve su mano delicada.

Luke volteó a verme, su pecho subía y bajaba, su entrecejo estaba fruncido y sus manos estaban hechas puños. Estaban tan apretados que podía ver fácilmente las venas pronunciadas en sus brazos.

—Sé que estás así por tu padre —Nos miramos —Cuando quieras hablar de él, aquí voy a estar —Al escucharme sus ojos volvieron al hermoso verde de siempre.

Él sonrió para adentro y acarició mi mejilla delicado, mientras que me miraba fijo a los labios.

—Por lo visto no voy a poder deshacerme de ti, ¿verdad? —Dijo aún un tanto serio.

—No... —Me limité a decir.

—Niña tonta, qué terca eres —Dijo derrotado y miró por su ventanilla.

Y de repente volteó a verme con un brillo en sus ojos que jamás había visto, se acercó a mí sorpresivamente y enredó sus dedos entre mi cabello largo, atrayendo mi cuerpo hacia él en un movimiento desesperado. Al instante mis manos se enredaron en su nuca y pude sentir el dulce sabor de sus labios carnosos. Mi corazón se quería salir del pecho y mi cuerpo comenzó a subir su temperatura... Y de un momento a otro dejó de besarme, así sin más, parecía que había reaccionado, y yo parecía que había despertado de un sueño.

—Disculpa —Su pecho subía y bajaba —No sé que me pasó.

—Esto no debió pasar —Hablé como pude, sentía mis labios rojos e hinchados.

Y claro que no debió pasar, a penas lo conozco, somos tan diferentes el uno del otro, y no es el mejor momento para andar jugando al amor cuando ni sé si mi madre está viva.

Esto no debió pasar...

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30 minutos más tarde...

Entramos cuidadosos en casa. Estando en la sala de estar escuchamos el ruido de un jarrón rompiéndose en el suelo. Luke tenía en sus manos un cuchillo que agarró de la cocina, mientras que yo llevaba la daga que Marcos me regaló.

—Quédate detrás de mí —Me susurró mientras me veía por encima de su hombro y continuamos hacia las escaleras.

Había tanto silencio que el rechinar de los escalones de madera se escuchaban en toda la casa. Al llegar arriba, caminamos cuidadosos hasta el cuarto de mi madre, el cual tenía la puerta entreabierta... Luke se asomó cuidadoso por la rendija, abriéndola poco a poco, y fue cuando vimos la silueta de alguien adentro...

—Espera aquí —Me ordenó, segundos antes de abrir la puerta de una patada y lanzándose sobre el intruso dispuesto a atacar.

—¡No, no! ¡Tranquilo! ¡Soy Monroe! —Gritó el hombre muerto de miedo.

Enseguida reconocí su voz y corrí adentro.

—¡Eva! ¡Estás viva niña! —En su rostro había sorpresa y alegría.

Al verme, el hombre corrió hacia mí con intenciones de abrazarme, pero Luke se puso justo frente a mí para evitarlo.

—¡Qué haces aquí! —Estaba realmente furioso.

El hombre se quedó en silencio, mientras que yo aparté delicadamente a Luke de mi camino y fui directo hacia el señor de gran barba, tomé sus manos suavemente y él me vió a los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas.

—Nosotros estábamos aquí... la noche en que se la llevaron —Hablé y mi voz tembló.

—Hay niña... cuanto lo siento —Dijo mientras me abrazaba fuerte para luego secar mis lágrimas.

—¿Vieron quién se la llevó?

—Fue Einar... —Respondió Luke con gruesa voz mientras se recostaba al marco de la puerta y desde ahí miraba desconfiado al señor.

Monroe se sorprendió bastante al escuchar ese nombre, es como si ya lo conociera de algún lugar.

—Lo sé todo señor Monroe —Me miró al instante —Sé la verdad, sé que mi madre es una bruja.

—Hay pequeña, lamento tanto que tuvieras que enterarte de esta forma.

—¿De dónde conoce usted a mi madre?

Al escucharme, el hombre respiró profundo y ambos nos sentamos sobre la cama de mi madre, la cual estaba hecha un desastre, de hecho, toda la habitación estaba hecha un desastre: la ventana rota, el suelo lleno de vidrios, los muebles desordenados y gotas de sangre en el suelo.

—Las brujas tienen reglas bien duras... Una noche ocurrió algo terrible de lo que no me corresponde hablarles, y Tarah tuvo que huir al bosque, dejando atrás a su familia y sus creencias... Fue ahí cuando se encontró con mi cabaña.

—¿Usted también es...?

—Sí... yo era un brujo solitario, sin familia ni amigos. Tarah se convirtió en mi familia desde ese día. Juntos huimos a Aston, yo me quedé para asegurarme de que nadie la siguiera y ella se fue a la gran ciudad... hasta que apareció contigo aquí. Me molestó que viniera al lugar del cual una vez huyó, las brujas no olvidan, pero ella insistía en darte una vida más tranquila y normal.

Mamá había arriesgando su vida por mí, para darme un hogar... y ahora ella ya no está... Todo es mi culpa.

—¿Cómo fue que Einar la encontró? Tarah estaba protegida con un hechizo de protección.

—Fue mi culpa…  —Monroe lo miró algo molesto y confundido —Las brujas me tendieron una trampa, yo... me equivoqué. Sólo buscaba la ayuda de Tarah y acabé provocando que esas malditas se la llevaran.

—¿Qué necesitarías tú de Tarah, muchacho?

Luke caminó hacia Monroe y levantó su suéter para mostrarle su tatuaje...

Monroe se quitó sus gafas, frotó sus ojos y luego volvió a colocarlas en su rostro.

—¿Eres un Arkala?

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Hola, hola.

El siguiente capítulo es la continuación del Prefacio.

Luke es un Arkala ¿Recuerdan quiénes eran los Arkala?

¿Qué habrá hecho Tarah para que las brujas la cazaran? 

He tenido una racha de capítulos de solo conversaciones pero, les prometo que ahora comienza nuestra aventura.

Los quiero mucho. Gracias por el apoyo ❤️
            

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