Capítulo 49: "Último adiós"

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Lucas hablando:

  

10 de julio del 2000.

(Hace 22 años)

    

Después de tantos meses fuera, estar de vuelta en casa era lo que necesitaba para recargar energías.

Era una calurosa tarde de verano, los días así me encantaban porque solo podían significar una cosa…

—¡Lucaaas! ¡No te demores más grandísimo demorón!

—¡¡Ahh ya voy Luci!! ¡¡El lago no se va a ir de ahí!! —Le grité con todas mis fuerzas.

¿Por qué siempre me quedo de último?

    Corrí entre los árboles, pasé por un estrecho camino donde tenía que quitar las ramas de los arbustos de en medio para poder caminar. Anoche llovió a cántaros, por lo que el camino estaba lodoso y resbaladizo, pero nada de eso importaba si mi destino era nuestro lugar favorito.

   Caminé unos pocos metros más, hasta que al fin llegué…

El lago Willow...

Sus aguas tranquilas eran de un hermoso color turquesa, tan cristalinas que se podían ver los peces nadando en él. A su alrededor, una exuberante vegetación con árboles frondosos y coloridas flores danzaban con la suave brisa. Y las colinas que lo rodeaban, creaban un escenario natural impresionante.

Este lugar me encanta, aquí hemos pasado toda nuestra niñez, nuestra adolescencia, y aún siendo unos adultos nos seguimos reuniendo aquí cada verano para pasar el tiempo juntos como en los viejos tiempos.

—¡¡Vamos!! ¡¡Lánzate Lucas!! —Su voz se escuchaba tan lejana por la distancia.

—¡¡Sí!! ¡¡Es muy lindo alentar a saltar de un precipicio cuando tú lo haces todos los días Ahab!! —Le grité desde la punta de la colina en la que estaba.

   Saltar, siempre era la parte complicada...

   Sí, sé nadar, pero en todo el año no me lanzo de este precipicio de al menos unos veinte metros de altura, la verdad, siempre me ha sido difícil hacerlo, no sé porqué, pero verme parado en la cima, mirando hacia abajo y viendo lo diminutos que se ven los chicos en el agua pone a trabajar a mi corazón a mil por hora.

—¡¡Salta, Lucas!! ¡¡No vamos a estar todo el día aquí amigo!! —Gritó Ian.

—¡¡Sí, para ti es muy fácil, Ian!! ¡¡Eres campeón de clavados!! —le grité.

Jajaja —Escuché las carcajadas de los tres.

—¡Salta, salta, salta!  —Gritaron a coro.

  Y salté…

    Mi cuerpo acalorado entró en contacto con la fría agua del lago, era una sensación que  extrañaba y que me hacía sentir tan bien que una vez que saltaba lo quería hacer una y otra vez.

—¡Vaya! ¡Pensé que nos ibas a hacer esperar todo el día! —bromeó Ahab.

—Jah, jah, jah, muy gracioso Ahab —Respondí mirándolo de reojo.

Secretos de Sangre  Where stories live. Discover now