IRSE

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Adam respiraba con tranquilidad después de quedarse dormido, mis dedos dibujaban círculos en su abdomen mientras su espalda chocaba contra mi pecho, el aroma a jabón que desprendía su piel me embriagaba la nariz, planté un beso en su hombro antes de girarme hacia mi lado y pasar la camisa que yacía en el suelo por mis hombros.

Tome mi teléfono y baje a la cocina para hacerle una llamada a Alex.

—Hey.

—Hey, ¿cómo te fue con Adam?

— Por poco se ahoga.

— ¿Qué? — Alexander no tardó en gritar contra mi oído.

— No sé, no me ha hablado mucho de qué pasó, pero cuando llegué estaba en el fondo de la alberca, lo saqué como pude — restregué mis cejas — no estoy segura de irme contigo y Alelí a NYC, ¿y si algo le sucede a Adam?

—Esa decisión es completamente tuya, pero aquí no te puedo proteger de George ni de La Casa, Emily. Adam es lo único que los detiene aquí, pero no sé...

—Me ha hablado de casarse conmigo hoy.

Alexander suspiró al otro lado de la línea. —Ese hombre... Piénsalo Emily, el vuelo sale mañana, habla con él, explícale lo que está en juego.

—Te llamo luego. — Alex se despidió al otro lado de la línea.

— ¿Te vas a ir a NYC con Alex? — Me giré para encontrar a Adam en el marco de la cocina — ¿viniste a despedirte de mí?

Su voz no denotaba enojo, estaba completamente confundido.

— ¿Hice algo mal? ¿Fue alguno de los mensajes que te envié? —Su respiración empezaba a acelerarse, se llevó una mano al pecho — yo... puedo ser mejor Ems...

— Adam — me acerqué rápidamente a él antes de que se desplomara de rodillas al suelo — no me voy a ir — negó rápidamente — iba a irme, pero...

—Podemos irnos a donde quieras, puedo llevarte a donde me pidas... pídeme lo que quieras — su mano se aferró a la mía — pero no me hagas vivir sin ti, no de nuevo.

—No se trata de eso, Adam — acaricié su rostro — Alex sabe de La Casa, ya sabe la verdad, Garden me buscó hace una semana — me levanté la camisa — ese moretón en la costilla no fue un accidente, intentó llevarme de nuevo — parpadeé para espantar las lágrimas —, Alex se ofreció a llevarme a NYC en lo que terminaba el contrato contigo, pero no me podía ir sin verte una vez más, pero te vi en la alberca, vi cómo me mirabas y no... puedo.

—Siempre te he cuidado, ¿no? — Sus ojos buscaban con pánico los míos — lo voy a seguir haciendo.

—No quiero que me quieras sólo porque vivo contigo.

—Te quiero por mil razones, y ninguna es porque compartes techo conmigo.

El suelo de la cocina se volvió el lugar más cómodo para hablar con Adam esa noche, sus brazos me sostuvieron al contarle lo de Garden, sus mensajes sin contestar, la llave que conserve para volver a su casa, el regalo de cumpleaños que le había preparado, y la falta de sueño que me perseguía nuevamente. Omití varias cosas para evitarle un mal sabor de boca, como mi beso con Drew el día que me fui de la casa, el llorar en los brazos de Alex y Alelí mientras juraba no volver a verlo, y mi visita a mi padre que había terminado en él pidiéndome que me fuera para no tener que ser la última vez que me viera con vida si La Casa se enteraba que habíamos hablado.

Adam era todo para mí en estos momentos, la sola idea de irme lejos sabiendo que él arriesgaría todo por mí, me enfermaba y me cuestionaba cómo es que había cruzado mi mente el simple hecho de tomar un avión y dejarle, solo, de nuevo.

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now