4.

20.7K 1.4K 87
                                    

Había soñado pesado de nuevo, a estas alturas mi salud mental dependía de conseguir salir de aquí, buscar a mi padre e irme lo más lejos con él.

Anoche no fue una excepción a las demás noches, había comenzado como algo ligero, un par de voces en la parte profunda de mi mente, un par de olores que hacían al cerebro imaginar cosas de más, no dejarles atrás, quererles dar más leña para vivir; pero luego tomó forma, era Garden, era Dominik, Drake, eran todos. Era el cuerpo de aquella mujer con una bala entre los ojos. Era mi cuerpo, lleno de moretones. Era yo con esa bala. Y luego fue Adam, fueron sus manos sujetándome, su voz hablando conmigo, su aroma, su calor, sobretodo su voz, no había ni un solo atisbo de odio en él al decirme que me relajara.

Apenas había despertado me había lanzado a las grandes puertas de madera que daban, seguramente, a su oficina, o biblioteca, dios sabe lo que había en esta casa, tenía que aclarar lo que había sucedido anoche, y de ser necesario pedirle disculpas.

Me sentía como una imbécil por si quiera pensar que Adam había entrado a mi cuarto a tranquilizarme, lo último que quería era que tuviera que lidiar conmigo un poco más de lo que ya lo hacía, o intentaba.

Esperé a que respondiera a los pobres golpes que le di a la puerta.

― ¿Marissa?― Su voz sonaba más ronca de lo que recordaba.

―Soy... soy Emily― Susurré contra la puerta.

―Dame un momento, ¿vale? ― el sonido de algo caer al suelo y el quejido de Adam no era precisamente algo que me tranquilizara en estos momentos, el silencio volvió a llenar el aire y su voz no se hizo presente hasta que su cuerpo asomó tras las puertas. Vestía un par de pants deportivos grises y una camisa negra, a diferencia de las pocas veces que le había visto antes, portaba unos lentes con armazón dorado y poco aumento.

― ¿Qué necesitas?― cerró la puerta detrás de si antes de que pudiera ver cualquier cosa más allá de sus hombros.

―Quería... Ya sabes... Disculparme por lo de anoche― me sentía todavía más imbécil mencionándolo ahora que en mi mente hace un par de segundos.

― ¿Lo de anoche? No entiendo. ― cruzó los brazos sobre su pecho, el pequeño aire que levantaron estos llevó su aroma hasta mí, olía igual que hace un par de horas.

―Tú... Usted, ¿no...―comencé a bajar la voz: seguro había sido un sueño dentro de otro sueño, ya había pasado antes, ¿qué me sorprendía?

― ¿Tienes fiebre o algo?― preguntó Adam apoyándose contra la puerta. ― Puedo llevarte al hospital si estás alucinando.

― ¿No está enojado?

― ¿Enojado por qué?

―Estoy segura de que no fue un sueño, pero si sí lo fue, lo siento, no quería molestarle.

Una sonrisa comenzó a dibujarse por todo su rostro.

― ¿Has soñado conmigo? ― se tomó su tiempo para reír, chasqueó la lengua ― Es malo soñar conmigo, es mal augurio, ¿segura que he sido yo?

No podía sentirme más avergonzada de lo que me sentía en ese preciso momento, no sabía si irme, quedarme, escupirme en la cara o darme un tiro en la sien. Adam seguramente ya pensaba que deliraba o tenía algo más dentro de mi cerebro.

― Si me disculpas, quiero leer en silencio y con un poco de paz, buen día Emily.

Después de todo la posibilidad de que hubiese sido solo un sueño no era muy lejano, quería pensar que lo era y que Adam no me estaba intentando alejar de una disculpa que obviamente le daría satisfacción; por otro lado no estaba tan mal como para confundir la realidad con la imaginación, así que este tipo quizá solo estaba guardándose el disgusto de haberme ayudado.

ADAM - en edición.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin