23.

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El sonido de algo romperse y el repentino cambio de presión sobre mí me tomó por sorpresa. Garden yacía a mi lado con el pantalón bajo. Un joven que en mi vida había visto se encontraba sobre él con un jarrón entre sus manos.

Dirigió su mirada a mí y se acercó con rapidez, sus labios se movían pero no lograba escuchar ninguna palabra. Sus manos me apretaron los hombros y me sacudieron varias veces, poco a poco la audición volvía a mí, y las imágenes borrosas se estabilizaban.

¿Estás bien? Sus palabras aún llegaban con eco a mi cabeza ¿me escuchas?

Solté un gruñido afirmativo.  La lívida tez del chico se relajó unos momentos, me ayudó a levantarme y me sacó de la habitación con sumo cuidado, los pasillos por los que me llevaba me parecían completamente desconocidos, lo único que reconocí fue la puerta de metal desgastada y oxidada del cuarto de baño. Me sentó en la taza del baño y se dedicó a sacar un frasco de alcohol de detrás del espejo que reposaba sobre el lavabo.

¿Te hirió? pasó sus manos por mi rostro y a continuación pasó un algodón empapado por mi frente, no puedo creer que haya intentado hacerte eso.

¿Quién eres?logré articular.

Frunció el entrecejo y después dándome media sonrisa, volvió a pasarme el algodón por la frente.

Dominik, mi nombre es Dominik tomó mis manos y las revisó minuciosamente, me acabó de meter en problemas por lo que hice... Pero, ¿estás bien? ¿Te hizo algo más?

Creo que no bajé mi mirada hacia mis piernas y jalé mi camisa en busca de cubrirme.

Oh, no te preocupes tomó mis manos nuevamente, no creas que me fijaría en eso este momento...

¿Él te lastimará por esto? ¿Te castigará? Dominik meneó la cabeza pero no emitió respuesta alguna.

Lamento tanto que estés aquí...susurró mientras mojaba una toalla en el lavabo, no sabíamos de lo que era capaz ese hombre. Pero no te preocupes, en cuanto Marina lo sepa estará muerto.

Guardé silencio y deje que Dominik siguiera limpiando las heridas nuevas que Garden había provocado en su intento desesperado de tomarme.

¡Dominik! resonó la voz cargada de rabia...

Abrí los ojos con horror, me incorporé y observé la habitación en la que me encontraba. La luz proveniente del baño rebotaba contra el torso desnudo de Adam.

― ¿Pasa algo, Emily? ― preguntó ceñudo mientras pasaba un cepillo por su cabello―, te escuché hablar.

Los estragos del sueño seguían presentes en mí; había tardado tanto en reprimir ese recuerdo que al final había olvidado el temor, el horror que sentí, había olvidado completamente el cómo me sentí. Había borrado por completo esa experiencia, la había arrinconado perfectamente y ahora, y justo ahora, volvía para atormentarme. Estaba cien por ciento segura de que jamás tendría que volver a recordarlo, estaba completamente bien sin recordar. Adam seguía en la misma posición de antes, me observaba minuciosamente, tenía el entrecejo fruncido y había dejado de cepillarse el cabello, sujetaba la toalla de su cadera para que ésta no cayera.
Pasé mis manos por el cabello y lo sujeté tras mis orejas, o eso intenté, tragué saliva con dureza antes de salir de la cama; el frío del suelo lastimaba al contacto. Adam siguió en su lugar, entreabrió los labios para hablar, zanqueé más rápido hacia el cuarto de baño, cerré la puerta a mis espaldas y me recargué contra ésta; sollocé por al menos veinte minutos, o el tiempo que pasaba en mi mente. Adam no había tocado a la puerta, y en parte me sentía bien sin tener que responder a alguna de sus preguntas. Tenía que suprimir de nuevo ese recuerdo, tenía que borrarlo de mi mente, ¡tenía que desaparecer!

ADAM - en edición.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن