ACÁ Y ALLÁ

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EMILY'S PDV

Una vez más dejé caer el maldito lapicero sobre la mesa, me dejé caer al suelo mareada, comenzaba a desesperarme que la maldita cara de Adam fuese tan difícil de delinear, o sales feliz o sales triste, no hay una combinación de eso, si lo hacía sonreír se vería extraño, si lo dejaba serio y triste se vería normal, pero no quería que se viese así, al menos no en su regalo.

― Al diablo, te compraré un maldito reloj de 10,000 seguros de vida.

― No le hables así de feo― Drew recogió los cartoncillos que yacían a mi alrededor― anda, vamos a salir un rato, te invito una hamburguesa.

― ¿Estás intentando distraerme del regalo de Adam?

― Sí, no te consumas tanto el coco, sólo dale tu presencia y estará más que contento― Drew me tomó las manos―, yo estoy contento de tenerte aquí, no me imagino cómo se pondrá él.

Apreté sus pulgares cuando me ayudó a levantarme, dejó salir un pequeño gemido de dolor y se llevó la mano al pecho.

― ¿Drew, estás bien?

― Sí, no te preocupes, suele pasarme.

―Y yo soy estúpida. ―le senté en mi silla― ¿desde hace cuánto te duele el pecho?

―Emily, no empieces.

Tomé sus mejillas entre mis manos antes de pellizcarle la nariz con fuerza. ―Ya empecé pedazo de tonto.

Drew me jaló por la bastilla de la camisa hacia él, la respiración se me cortó cuando sus brazos se cerraron en torno mío y su frente quedó a la altura de mi ombligo. Su cálida respiración se filtraba por la tela, estaba evitando verme a los ojos, qué más podía hacer que acariciarle el cabello para reconfortarlo.

― Llevo así un mes, no quería decir nada porque no lo consideraba serio, así que ayer fui al médico, sólo me dijo que descansara y evitara el levantar cosas pesadas, no cree que sea nada serio con mi corazón.

Enredé mis dedos en sus cabellos y le abracé después. ―No habías dicho nada por tu madre, ¿verdad? ― asintió― de acuerdo.

Retiró su frente de mi abdomen y volteó a verme como quien ve a su madre tras ser regañado. ―Lo siento, no quería asustarte, pero eres mi amiga así que supongo que debías saberlo, ¿no?

―Aunque no me lo hubieras querido decir iba a terminar exprimiéndote la verdad de los labios.

Rio de lado. ―Gracias Ems.

Soltó sus brazos de mi alrededor y se quedó en la silla esperando mi permisiva a levantarse, extrañamente sentía que Drew temía que me alejase más de lo necesario de él, era notorio que él, al igual que Adam, sentía la necesidad de tenerme cerca. Pero las intenciones de Adam comparadas con la de Drew no eran las mismas, eso era más que obvio en este punto de mi estadía. Tomé los cartoncillos del suelo en busca de alguno que me convenciera para intentar hacer el regalo de Adam en base a ese, tenía que tener su regalo en los siguientes dos o tres días, Adam había dicho que estaría máximo una semana entera fuera de la ciudad, pero eso no me aseguraba que no pudiese volver antes a casa, sólo necesitaba encontrar el boceto perfecto.

―Emily, ¿puedo preguntarte algo?

―Claro Drew― seguí deshaciendo los cartoncillos arrugados que había arrojado al suelo mientras Drew se aclaraba la garganta.

― ¿Dirías que amas a Adam?

― Decir que amo a alguien es bastante grande―me senté en el suelo girándome hacia él―, no sé si "amo" o no a Adam, pero lo único que sé es que quisiera intentar averiguarlo.

Pronunciar lo que había articulado me costó menos de lo qué pensé, quizá si estaba enamorada de él, y sólo tenía un miedo estúpido a admitirlo.

― Si jamás te hubieses enamorado de él, ¿hubiera yo sido una opción?

― ¿De qué hablas?

―Adam jamás te lo dijo, ¿verdad?

― ¿Decirme qué?

Negó ligeramente sin darme una respuesta clara. Su cuerpo estaba relajado en la silla y media sonrisa se dibujaba en sus labios, no entendía su expresión acerca de Adam. Se levantó con cuidado de la madera acolchonada y se dirigió sin mirar atrás hacia la puerta. El clic de la puerta me llegó a los oídos y sus pasos retumbaron en la lejanía.

¿Qué rayos había sido eso?

Tomé el teléfono de la mesita que yacía a mi izquierda, 9:45 pm. Intenté encontrarle sentido a buscar los bocetos de entre los cartoncillos, pero ahora mi mente divagaba mucho de aquí hacia allá, encontraba difícil el poder concentrarme más de dos minutos. Carajo, ¿qué fue lo que dijo Drew?; me pasé las manos por la cara antes de levantarme en dirección a mi habitación, iba a dormirme intentando olvidar lo que había dicho Drew. Tomé el pórtico de la puerta y me encaminé a las escaleras.

― ¿Vas a dormir sin cenar, Emily? ―Marissa tenía su suéter entre las manos― iba a despedirme de ti antes de que Drew me llevase a casa, pero veo que me ahorraste medio camino.

―No me siento con el estómago vacío aún, Marissa, pero en la mañana lo compensaré, ¿te parece?

Asintió y se dirigió a la puerta con pasos suaves, siempre se despedía de mí antes de irse, me daba las buenas noches y luego me pedía que descansara. Jamás había podido disfrutar de mi madre, y ahora Marissa era lo más cercano a ella. Subí las escaleras y al toparme con la puerta de mi habitación me retracté de dormir en mi cama, tomé el pórtico de la habitación de Adam y al encender las luces de la habitación, el brillo oscuro de las sabanas sedosas de su cama me llamó a dormir ahí. Quizá su embriagadora esencia me durmiese esta noche.

Buenas noches Castaña, me he demorado leyendo unos papeles, pero por fin me dormiré, espero que hayas cenado, ya tengo lo primero que te llevaré volviendo, un frasquito de shampoo de hotel, te apuesto que te encantará. Si no puedes dormir escucha lo que te mandaré, agradéceme por la mañana. ―10:01 pm.

Archivo adjunto. ―10:01 pm.

Presioné sobre el link y en cuestión de dos minutos mi vista se volvió borrosa.

ADAM - en edición.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora