12.

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Adam apretó con fuerza mi mano, el escalofrío que le recorrió el cuerpo fue compartido por mi espina dorsal. 

― ¿Sabes que me duele cuando aprietas así? ―Adam me sonrió en forma de disculpa― ¿Aún se nota lo hinchado de mi labio? ―entrecerró los ojos y miró hacia mis labios nuevamente.

―No, ¿cómo carajos te paso eso?

Negué con la cabeza, eso ni yo lo sabía.

― ¿Joven Blair, están listos?

Adam asintió hacia el hombre robusto que nos esperaba en la parte frontal del avión. Adam llevó nuestras manos hacia el bolsillo de su chaqueta, pronto estábamos frente a las estrechas escaleras para descender a tierra.

― ¿Ves la mujer rubia de ahí? ―seguí su mirada―, la del vestido negro.

― ¿Es tu madre? ―asintió―, ¿debo cuidarme de ella?

―Por supuesto―apretó mi mano aun dentro del bolsillo ― intenta no matarla.

(...)

Después de una no muy calurosa bienvenida de parte de la familia de Adam, nos dirigimos a un auto que nos llevaría directo a la casa de los Blair.

―Debo explicarte algunas cosas de las que tendrás que cuidarte estando en la casa―Adam ni siquiera me miraba, miraba la ventana mientras fruncía el ceño.

― ¿De qué debería cuidarme?

―De Derek, mi madre, y Miranda―me miró a los ojos―, en especial de Derek.

― ¿Quién es Derek? ― fruncí el entrecejo― ¿un primo? ―asintió.

―Jamás nos hemos llevado bien, y cualquier tipo relación familiar que hayamos tenido en el pasado, no existe más―su mandíbula estaba apretada―, cuida todas las palabras que pronuncies frente a él.

―No entiendo por qué debería cuidarme de él.

―Porque, lo creas o no, es capaz de convencerte de cualquier cosa―lo último lo pronunció casi en un susurro.

Asentí. Realmente no quería hablar con nadie de la familia de Adam, porque, a pesar de que sólo estaría unos días aquí, me sentiría incomoda y ajena al lugar. Quería volver a la casa de Adam, quería volver con Drew, Ashley y Marissa... con Drew, principalmente.

― ¿Puedo preguntar algo? ―la voz de Adam tenía un toque más ronco que del normal―, claro, si no te incomoda.

― ¿Qué sucede?

― ¿Drew y tú―me miró fijamente― tienen algo?

¿A qué venía esa pregunta?

―Somos amigos, me ayuda a no sentirme tan ajena a tu casa.

― ¿Un amigo amenaza a su propio jefe por haberte besado?

¿Drew amenazó a Adam?

― ¿Qué?

―No fue una amenaza en sí, pero fue algo como "¿piensa que ella es un juguete? ¡Tiene sentimientos! ¡No debió hacer eso!", ¿tú qué crees que me quiso decir?

El simple pensamiento de Drew preguntándole eso a Adam mientras yo estaba dormida, me dejo un tanto inquieta. Preferí no seguir hablando con Adam al respecto, y al parecer él lo entendió porque recargó su cabeza en el respaldo del asiento. El clima no era malo, pero tampoco era fantástico; era uno de esos días en los que hay sol pero el aire sopla tan helado que usas suéter. Froté mis manos y las llevé a mi boca para calentarlas un poco. Cuando estaba nerviosa, las puntas de mis dedos se ponían tan frías que no las sentía durante varios minutos, volví a frotarlas, y cuando estaba por llevarlas a mi boca, la mano de Adam sujetaba unos guantes negros delante de mis ojos.

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now