15.

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No sabía cuánto tiempo había pasado sentada sobre la barra viendo a la nada; había reaccionado al sentir el hormigueo en mis piernas. No quería volver a la habitación. No quería ver a Adam. Ni pensarlo.

― ¿Sigues aquí? ―Derek apareció de la nada― ¿de verdad? Son casi las 3 am.

―No he desaparecido por mucho ¿o sí?

―Llevas aquí desde las 12:30, ¿tú qué crees? ― se puso a mi lado, el olor a colonia inundo mis fosas nasales; fruncí el ceño― ¿qué te sucede?

―Apestas a colonia, sin ofenderte.

―Oh no, tranquila, es un cumplido viniendo de la novia de mi primo favorito― Derek rió sarcástico―, ¿no deberías estar arriba con él? Digo, ya sabes, haciendo cosas de pareja, reconciliándose...

Levanté una ceja. ― ¿Hablas en serio? ― hice un gesto despectivo―. De cualquier forma, ¿a dónde vas apestando así?

― ¿La verdad? Iré a un bar, me emborracharé, tal vez maneje ebrio, y termine con la policía toda la noche. ¿Le avisarías a mi familia? Gracias―dijo todo tan rápido que apenas lo entendí― oh, y dile a mi querido tío, que no busque su cartera, la tengo yo. ― besó mi mejilla y como si fuera lo más normal, me dio un golpe en las piernas.

Subí hacia la habitación después de unos minutos de la salida repentina de Derek, en algún momento había llegado a la puerta de la habitación donde estaba Adam, había tomado el pomo y lo había girado sin darme cuenta; entré en la oscura habitación. Me sentí tentada a encender la luz para saber dónde diablos estaba Adam y evitar el estar cerca de él, pero después de pasar la vista por la habitación varias veces fui capaz de ubicarlo. Estaba sentado contra la pared-justo al lado de la ventana-, y por lo que podía ver, se había quedado dormido así.
Me encaminé a la cama y haciendo el menor ruido posible me metí en ella. 

No me sentía mal por hacer que Adam se tuviera que dormir así. No había soñado, nadie había aparecido en mi cabeza mientras descansaba. Nada había pasado. Me levanté con pesadez y dirigí mi mirada a donde estaba Adam.
Ahora yacía tirado de costado en el suelo, me levanté y me dirigí hacia él, moví con cuidado su hombro, aún que no hizo falta mucho movimiento, abrió los ojos sobresaltado.

― ¿Adam? ―gruñó― ¿estás bien?

―Aparte del inmenso dolor que siento en el cuello y espalda, estoy bien― me miró fijamente― ¿tú estás bien?

―Aparte del inmenso dolor en el corazón y la confusión, estoy bien. ― Adam se había levantado y masajeaba su cuello.

― ¿Quieres bajar a desayunar antes de que comiences a interrogarme?

― ¿Podré hacer todas las preguntas que necesito?

―Es tu padre, es tu decisión; yo sólo debo protegerte durante el lapso que me fue pedido.

Me giré sobre mis talones y me dirigí a la puerta, la voz de Adam me detuvo.

―Deberías ponerte unos zapatos y un suéter, supongo que después del primer día, toda la familia estará abajo, y no querrás dar una mala impresión ¿o sí? ― me gire a verlo confundida mientras él pasaba una camisa azul por sus hombros.

― ¿Cuántos Blair debo conocer?

―La familia de mi padre, y de mi madre, eso incluye hermanos y hermanas, todos sus hijos, los nietos, etc.

Fui al armario y tomé un par de zapatos lisos y una falda larga y linda. Adam rió por lo bajó y tiró de la falda hacia él.

― ¿Esto lo compró Ashley? ― miro la falda por todos lados―, que gustos tan femeninos tiene.

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now