13.

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La habitación de Adam estaba conformada por una cama gigantesca, dos mesitas de noche, dos lámparas, un tocador, y un closet que cualquier persona querría tener en su habitación, había una puerta blanca a lado de éste, y unas cortinas tapaban lo que era la salida a un balcón y la ventana que tenía, a pesar de toda la perfección que pudiese describir, la habitación era sumamente fría, y él lo sabía porque apretó más mi mano al cerrar la puerta.

― ¿Quieres que encargue café o algo? ―saco su mano del bolsillo junto con la mía y la soltó―, hay un baño justo ahí, y debe de tener todo lo que necesites dentro, cuando traigan tu maleta me aseguraré de darte tiempo para que desempaques.

―Prefería tomar primero café―asintió―, ¿me puedes decir dónde es la cocina?

Negó con la cabeza. ―Todo mundo debe estar preguntando que habitación es la de ellos, y debe haber un completo desastre allá abajo; mejor tómate tu tiempo, báñate, y duerme si lo deseas―se giró hacia la puerta―, iré con mi padre y volveré con café.

Asentí. Si Adam me daba tiempo a solas, podría darme esa ducha, descansar, y tal vez, buscaría por un teléfono en la habitación. Me dirigí a la puerta blanca que estaba al lado del closet y girando el pomo, me adentré en el baño. Era completamente blanco, había una tina enorme y varias cajitas de jabones yacían sobre el tocador de madera que había, también había frascos de shampoos; abrí los cajones de abajo en busca de toallas, todas blancas.

Abrí el grifo de la tina y el agua lentamente comenzó su trabajo de llenado.

Me volví hacia la habitación para buscar algo de ropa en el closet, y para mi sorpresa, había camisetas y suéteres, entre más, todo de Adam.

― ¿Hay alguien adentro? ―Unos toques en la puerta hicieron que cerrara el closet y me dirigiera rápidamente a la puerta― ¡gracias a dios hay alguien!

Un chico rubio tenía mi maleta en una mano, y dos más en su mano libre- no tenía idea de cómo podía con eso-.

― ¿Son suyas?

―Desgraciadamente―sonrió―, dámelas, anda.

―No, está bien, yo las puedo meter en la habitación, no se moleste.

―Realmente no he querido que las trajeran por mí―tomé mi maleta de su mano―, puedes dejar esas donde sea―me corrí de la puerta y deje al chico entrar.

―Esta habitación es muy linda―parecía asombrado―, ¿es la habitación de Dek?

― ¿De quién?

―Del idiota de mi hermano, Derek―me quede callada antes de preguntar, el parecido era nulo entre estos dos.

― ¿Eres su hermano? ¿Cómo es eso posible?

Él extendió su mano donde anteriormente tenía mi maleta. ―Soy Paul.

―Emily, sólo Emily. ―Él rió―, ¿Cómo es que no sabías que habitación era la de tu hermano?

―Lo veo cada que hay una fiesta donde toda la familia se reúne, por lo que, tengo que buscarlo en cada habitación.

― ¿Y por qué cargabas maletas?

―Porque suelen darme dinero por eso, dinero es igual a ingresos, ingresos que puedo usar para comprar el regalo de mi tío, por mi cuenta.

Asentí. ―Lamento informarte que no tengo dinero, Adam no me dio tiempo de preparar nada.

La sonrisa de Paul se desvaneció por completo.

― ¿Adam? ¿Es de él está habitación?

―Sí, ¿por qué?

ADAM - en edición.Where stories live. Discover now