4. Muchos encuentros

56 4 0
                                    

El día siguiente, viernes, se caracterizó por lo último del tiempo veraniego. Hacía calor y había una humedad espantosa, lo que el pelo de Hermione parecía percibir de algún modo incluso desde dentro de la Torre de Ravenclaw; era una catástrofe.

—¡Vaya!, —gritó Lisa alarmada cuando Hermione descorrió los doseles de su cama de cuatro postes. Padma y Sue levantaron la vista ante la exclamación y ambas soltaron una risita, compartiendo una mirada.

Daphne abrió de golpe los doseles y las fulminó con la mirada, presumiblemente por hacer tanto ruido.

—Bonito pelo, Granger, —se mofó.

Hermione la ignoró e hizo lo que pudo con sus mechones alborotados, acostumbrada a ello. Daphne se puso algo de ropa y se fue al baño.

Una vez que la Slytherin desafiante se hubo retirado, Lisa pidió esperanzada:

—¿Puedo intentar encantarlo? Conozco muchos encantos de belleza.

—No, gracias, —insistió Hermione—, te lo agradezco, pero de verdad que lo he intentado todo.

Las cuatro chicas se dirigieron juntas al Gran Comedor para desayunar, pero Padma se apresuró a alcanzar a su hermana gemela, Parvati. Poco después, Lisa se encontró con Susan Bones, otra ex Hufflepuff, dejando solas a Hermione y Sue.

Hermione se revolvió; siempre se le había dado mal ser amiga de otras chicas y no estaba segura de qué decir. Por suerte, se libró de pensar en algo con la llegada del chico de Ravenclaw de su curso que Hermione no había reconocido.

—¡Sue! Espera, —gritó, trotando para alcanzar a las dos chicas.

—¡Hola! —saludó Sue. Luego, posiblemente porque se dio cuenta de que Hermione intentaba escabullirse, le presentó—. Hermione, ¿conoces a Oliver?

El chico tenía el pelo corto y oscuro, los ojos azules y hablaba en voz baja.

—Oliver Rivers, —extendió la mano, sonriendo.

—Un placer, —murmuró Hermione, estrechando la mano que le ofrecía.

—¿La Hermione Granger, supongo?

—¿Conoces a muchas Hermiones? —sonrió.

—Me parece justo, —se río en voz baja.

—¿Estáis emocionados por empezar Alquimia hoy? —preguntó Sue mientras el trío bajaba hacia el Gran Comedor.

—No estoy seguro de qué esperar, —respondió Oliver—. Encontré un volumen sobre ello en los Estantes, pero parecía bastante viejo. Creo que alguien lo dejó allí hace un par de siglos.

—¿Qué son los Estantes? —Hermione quería saber.

—¡Merlín, se me olvidaba que no lo sabes! —exclamó Sue—. Es tradición que cada Ravenclaw deje un libro de su elección cuando se gradúa. Los Ravenclaw llevan siglos haciéndolo, así que en los Estantes hay de todo...

—Están en la cámara redonda de la sala común principal, —explicó Oliver—. Es bonito porque no sabes lo que te vas a encontrar. Una vez me pasé un fin de semana entero leyendo algo que alguien debió de dejar sobre mecánica de aviones. Qué ingeniosos son los muggles. Para moverse sin magia, quiero decir.

—Te gustaría, —confirmó Sue, notando la expresión intrigada en el rostro de Hermione. Luego, dirigiéndose a Oliver—, ¿Qué has averiguado sobre la alquimia?

—Parece una mezcla de Pociones, Runas Antiguas y Aritmancia. Debería ser un reto. El libro estaba bastante manoseado, lo que es un buen indicador de que es un tema fascinante.

The Eagle's Nest - Dramione (Traducción)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ