24. Noche de Halloween, Parte III

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Nota de la autora:

Los tres capítulos de Noche de Halloween se han publicado a la vez. Si empiezas por aquí, vuelve al capítulo 22 y léelo primero.

.

Una vez que Ginny se hubo retirado de la vista, a Hermione se le borró la sonrisa de la cara. Confiaba plenamente en su amiga, pero esperaba no haberse equivocado al contárselo todo. Aunque, al parecer, Draco no tiene reparos en compartir los detalles de nuestras relaciones privadas con sus amigos...

No era la primera vez esa noche que se preguntaba dónde se escondería. Seguro que no estaba pasando la noche en su dormitorio mientras el resto del colegio estaba en el baile; Hermione no podía imaginárselo haciendo algo así. Se tomó un momento para hacer un breve repaso mental del castillo y no tardó en darse cuenta de que ya sospechaba dónde estaba exactamente.

Abandonando la idea de volver a subir a la torre de Ravenclaw para darse una larga ducha, Hermione se dirigió a los sinuosos pasillos que llevaban a las mazmorras. Confiaba en que su suposición fuera errónea. Aunque lo encontrara, ¿qué le diría?

La entrada del corto túnel que conducía al campo de Quidditch estaba bloqueada por un tapiz que colgaba al fondo de la mazmorra más pequeña. Una neblina de humo de cigarrillo había llenado la habitación de un hedor rancio en el momento en que entró en la pequeña y lúgubre cámara, confirmando que su sospecha había sido acertada. Todavía insegura de lo que quería decir, apartó el tapiz que ocultaba la cueva que había detrás.

Draco enarcó las cejas cuando se percató de su inesperado acercamiento, y Hermione se dio cuenta tardíamente de que debía de parecer ridícula llegando allí con el disfraz de Halloween de Lisa. Se tomó su tiempo para observarla, fijándose en los detalles de su vestido etéreo y su complicado recogido con las flores asomando del pelo.

Siguió dando caladas al cigarrillo y acabó diciendo:

—¿Qué haces aquí?

—Sabía que estarías aquí, —respondió con sinceridad.

Sus ojos brillaron con interés.

—¿Por qué te importaría que estuviera aquí? ¿Vienes a reñirme por fumar otra vez?

Sacudió la cabeza.

—De todas formas, parece que nunca me escuchas. ¿Por qué no estabas en la fiesta?

—Ya te dije que no iría.

—Te has perdido a Theo vestido de Godric Gryffindor. Además, Harry fue de doncella cervecera. Llevaba un dirndl y zuecos y todo.

Draco cerró los ojos un momento antes de volver a abrirlos.

—Agradezco la hilaridad de esas imágenes y me repugnan al mismo tiempo.

—El de Theodore era bastante impresionante, en realidad. Parecía que le había dedicado mucho tiempo.

—Sin embargo, podría haber prescindido fácilmente de esa imagen de Potter. —A pesar de sus palabras, se rio entre dientes antes de dar una calada especialmente larga, sin apartar los ojos de ella—. ¿Se supone que eres un duendecillo del bosque?

—Titania, Reina de las Hadas, en realidad, —corrigió suavemente—. Es un disfraz de Lisa Turpin. Intentó que me pusiera las alas a juego, pero ahí fue donde puse el límite. —Lo miró un momento antes de recordar—: Supongo que no esperaba que supieras quién es Titania. Es un personaje de una famosa obra muggle.

Apartó el cigarrillo de los labios y recitó brevemente:

Conozco un banco donde sopla el tomillo salvaje,

The Eagle's Nest - Dramione (Traducción)Where stories live. Discover now