27. Punto de inflexión

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—No puedo creer que llamaras arpía a mi madre.

—¡No lo siento en lo más mínimo! —Hermione echó humo, usando su varita para desvanecer la salpicadura de vómito del montón de abono profanado—. ¿Por casualidad escuchaste lo que me dijo?

Draco estaba de pie a unos pasos, al final del camino, con las manos en los bolsillos.

—No me has entendido. Me asombra el hecho de que llamaras arpía a mi madre y sigas viva.

Hermione miró con culpabilidad el montón de abono; ahora que había quitado toda evidencia de vómito, solo parecía inocentemente pastoral, pero seguía sintiéndose mal por ello. Por no mencionar que seguía vagamente mareada. Quiso reírse, pero le salió un sollozo estrangulado.

La callejuela de casitas pulcras y patios ordenados que constituía el Hogsmeade residencial se extendía un corto trecho desde los jóvenes antes de girar suavemente de nuevo hacia la calle principal. Al final del camino había una farola alta, junto a la cual se habían apostado la profesora McGonagall y Narcissa Malfoy. Aunque estaban a cierta distancia la una de la otra, ambas parecían tener el mismo objetivo de observar a Hermione y Draco interactuar mientras fingían que no estaban haciendo exactamente eso.

—No estoy seguro de qué hacer con una chica que llora en un lugar público, así que, por favor, no me hagas eso, —pidió Draco sin rodeos. Sus ojos parpadearon hacia donde esperaba su madre y luego volvieron a Hermione.

—No estoy llorando, —insistió indignada. No lloraba—. Estoy... frustrada. Espero que no hayas venido a buscarme para darme una respuesta a este asunto, porque es una decisión demasiado importante para tomarla en el momento.

—Estoy de acuerdo.

Hizo una pausa en el camino.

—¿Estás de acuerdo?

—Eso es lo que he dicho, sí.

—No puedes ser sarcástico en un momento así, Malfoy.

—¿Por qué no? Un poco de sarcasmo suele hacerme sentir mejor.

Hermione suspiró profundamente, pero se relajó visiblemente al admitir que no le apetecía encontrar una respuesta inmediata.

—No puedo creer que quieran que... —No se sintió capaz de terminar la frase—. Ni siquiera somos amigos.

Draco no intentó convencerla de lo contrario, pero admitió:

—Tenía el extraño presentimiento de que algo así podría ocurrir. Después de que Theo me contara lo que había visto sobre el futuro... luego McGonagall convocó esta reunión. Bueno, en realidad no me sorprendió.

Se pararon incómodamente a unos tres pasos el uno del otro. Hermione se dio cuenta de que Draco tenía una mano metida en el bolsillo y la otra giraba distraídamente la varita. Ella reanudó la marcha.

—Tienes que admitir que tenemos una química física bastante buena, —dijo con descaro.

Dirigiendo la mirada al suelo, Hermione empezó a inspeccionar un guijarro con gran interés, cualquier cosa menos encontrarse con sus ojos.

—Eso fue un error.

—Yo no lo considero un error.

—Puede que la palabra "error" sea poco amable, —enmendó—. Solo quise decir que no deberíamos haberlo hecho.

—Pero lo hicimos, —espetó. Unas chispas azules salieron de la punta de su varita, como si estuviera tan irritada como él—. No hay vuelta atrás y posibilidad de cambiarlo, igual que no hay vuelta atrás y posibilidad de arreglar la interrupción del mandala. Nos enfrentamos a las consecuencias de nuestros actos, algo que últimamente se me da bien. Mucha experiencia, ya sabes.

The Eagle's Nest - Dramione (Traducción)Where stories live. Discover now