Desliz

5.3K 152 5
                                    

                  

—Nada va a pasar. No sé por qué estás tan nervioso. 
—Ni yo mismo lo sé. Seguramente es porque tardaste demasiado en presentármelas. Lo normal es que estas situaciones pasen en el primer mes, por lo menos. Ahora como que me da miedo.
   Sonreí y me acerqué para darle un beso en la mejilla.
   Ezra y yo habíamos estado saliendo por siete meses. Nunca creí que duraría tanto con alguien a los dieciséis pero como siempre, él me sorprendía. En los siete meses a su lado, había aprendido muchas cosas de él y con él. Hasta me había enseñado a bailar. Y tenía talento, ¡quién lo diría! O bueno, al menos eso me había dicho él. Seguramente no era verdad, pero con Ezra me sentía especial, mejor. Era alguien importante en mi vida y había llegado el momento de que conociera a mis amigas.
   Cuando le propuse la idea, se mostró de acuerdo y me parece que hasta aliviado. Y claro, también feliz. Me dijo que era rara. Está bien, no lo dijo así tal cual pero lo dio a entender cuando dijo que no era normal que le hubiese presentado a mi familia primero, ni a Nicolás. Así que sí, resumiendo, me dijo que era rara. De cualquier forma, no le hice caso.
   La verdad es que todo se debía al poder que tenían mis amigas sobre mí. Yo sabía que nada malo podía pasar con él, pues era agradable y tendía a hacerse amigo de todos. Pero aún tenía su apariencia, esa que todavía podía ponerme nerviosa, y en cuanto mis amigas lo vieran en vivo y a todo color, sabrían su experiencia en relaciones y compararían la mía (o sea cero) y podrían verme con preocupación, lástima y/o resignación. Preocupación porque quizás mi corazón estaba en riesgo al estar expuesto ante este chico que podría ser un rompecorazones. Lástima por toda la historia y experiencia que Ezra claramente tenía. Y resignación ante el inevitable y amargo rompimiento. Y era horrible que creyera que mis mejores amigas pensaran tan poco de mí pero solo me preparaba para el peor escenario. También sabía que era espantoso tener toda esa inseguridad y celos hacia las ex de Ezra pero no podía evitarlo y aunque me costara admitirlo, sí estaba celosa.
   Ezra desconocía que, en ocasiones, me embargaban tan desagradables sentimientos. Claro que él no tenía que preocuparse por mí ni sentir inseguridad. Era mi primer y último pensamiento, a su lado no podía pensar en nadie más porque ¿cómo podría? Él había sido todo lo que yo siempre había evitado: los sentimientos empalagosos, las noches en vela reconstruyendo cada conversación, cada palabra dicha, lo que sabía era una tontería. Faltaban dos años para por fin abandonar aquella ciudad que me había visto crecer y no quería ni necesitaba a alguien que me retuviera pero al ver a Ezra cada día, los deseos de irme se evaporaban y una fuerza invisible me halaba a él. El cariño que sentía y la confianza (a pesar de los celos) que se había ganado con prontitud eran antinaturales y me asustaba, pero si yo había podido confiar en él, mis amigas lo adorarían al instante.
—Vamos, no te acobardes ahora—lo reprendí—. Conocerás a unas chicas encantadoras que son menores que tú por un año.
— ¿Cobarde? Vaya, nunca nadie me ha acusado de ser un cobarde.
—Siempre hay una primera vez para todo. No te apures, Ezra, ellas te querrán como...—me callé antes de decir una estupidez. El amor estaba fuera de mi sistema y todo lo que sentía hacia Ezra era un profundo cariño. Muy profundo. Pero él había captado mi desliz y me observó, instándome a continuar, pero no lo hice y aparté la vista.
— ¿Emma? ¿Qué ibas a decir?—no lo miraba pero podía escuchar la emoción en su voz, tan suave y profunda. Cómo amaba... no, cómo me gustaba aquella voz.
—Que te querrán como a mí, ¿no crees? Un miembro más en nuestro círculo de amistades—el brillo en su rostro se había ido pero no sabía que decir para devolverlo por lo que lo besé larga e intensamente. Sin aliento, me aparté y dije: —No puede ser tan malo. Sé que todo saldrá bien.

  Vaya. Mis amigas se volvieron locas en el instante en que bajé del auto (puede que ver a Ezra abrirme la puerta influyera), y a pesar de mi corazonada, no me imaginé una reacción así.
   Hubo fotos, claro; hubo anécdotas; hubo llamadas recibidas cuando estaba con ellas; supongo que nada de eso las preparó para el Ezra verdadero y, ¿quién lo está? Y sé que presentar a tu novio ante tus amigas después de siete meses de relación es algo inusual pero hacerlo le daba una importancia que no estaba disponible a dar, hacerlo a mi familia fue de por sí difícil, pero todas las restricciones que tenía afectaban a Ezra y mi intención no era lastimarlo. Si este noviazgo iba a durar hasta que se fuera a la universidad, bueno, la disfrutaría lo máximo posible.

Por favor, déjame olvidarteWhere stories live. Discover now