21. Blanco y Negro

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Narra Nina.

Dicen que los polos opuestos se atraen, ¿pero qué pasa si estos polos no son tan diferentes como habían imaginado? Gastón y yo, pese a que cualquier otra persona diga lo contrario, somos como las dos caras de la misma moneda. En el sentido que, compartimos una base de intereses en común pero vivimos vidas un tanto diferentes. Es como si él viviera el color blanco,  un color de libertad ya que puede ilustrarse cualquier cosa con facilidad por esa armonía absoluta por falta de colores, mientras que yo vivo lo opuesto. No es que el color negro lo vea como algo negativo, pese a que muchos le atribuyan ese color a la oscuridad. Al negro lo veo como la combinación de todos los colores, que sin la armonía de los colores no existe. Bueno, supongo que de eso se trata la popularidad, sin que haya un grupo determinado de personas que te reconozcan,  no eres popular, por lo tanto, no vives el negro. Sí, al tener tantos colores rodeándote formándote, no eres tan libre como el blanco, eres un ente de atención, por lo que si quieres conservar cierta reputación debes medir con precisión las consecuencias de tus actos antes de actuar. No es que me importe lo que digan realmente los demás, pero a Gastón evidentemente sí.  

El amor es un gris, tiene su parte blanca en la que la pareja se siente completamente libre de hacer lo que se le antoje, limitado por el negro que serían las condiciones que los rodean. Si se combinan las proporciones de blanco y negro correctamente, el amor es suficiente y supongo que podría perdurar en el tiempo como una fotografía.
En la espera de Luna, comencé a mirar las fotos de mi cámara, y hallé la fotografía de Gastón enamorado. Nunca me había dicho de quién se trataba, pero me dijo que ella estaba con alguien más y que ella siempre le gustó pese a ser imposible. Por lo tanto, tras el beso que me dio en Roller llegué a la siguiente conclusión. Me besó por despecho, es decir, dudo que superara a esa chica misteriosa de un día para el otro. Sentí mis mejillas humedecerse. ¿Cuándo había empezado a llorar? Trate de disimular mis lagrimas de tristeza buscando frases de Roller Track, el verdadero. Creo que Manuel arruinó mi imagen de él ya que ahora cuando leo sus frases recuerdo cómo fui cegada por Manuel, cómo no leí entre líneas. Decidí escribirle, después de todo aún me debía una respuesta quién era. Necesitaba un fin del engaño de Manuel conociendo al verdadero Roller Track.

- Hola, ¿no me vas a responder?- consulté. - Me gustaría verte en persona. Necesito sacarme a un impostor de mi mente.- le admití mientras mis ojos volvían a nublarse en lágrimas.

- Nina ¿te sientes bien?- me preguntó Luna llegando.

- Sí, estoy perfectamente bien.- dije con una sonrisa guardando el celular.

- ¿Estás segura? Porque  se nota que te estás resistiendo a llorar... ¿Acaso pasó algo con Gastón? Mira, ahí está con el chico fresa, vayamos.- dijo Luna empujándome hacia ellos, o más bien, Gastón quien estaba con el celular hasta que encontró mi mirada. Sin preguntar nada, me dio un abrazo. Me pareció irónico que me consuele cuando él era la razón de mis lágrimas.

- ¿Qué pasó, chica delivery?- le preguntó Matteo a Luna mientras secaba mis propias lágrimas.

- No lo sé, pero tengo la impresión de que ellos necesitan hablar.- respondió.

- Gastón, no es nada, enserio Luna exagera, solo me emocioné porque vi un video muy gracioso.

- Esta bien si no queres decirme lo que te pasa, pero te pido que no me mientas.

- Gracias...

- Si querés háblalo con Matteo o Luna, es lógico que te sientas en más confianza en ellos.- seguro que ahora piensa que no confío en él.

- No es que no confíe en vos, es solo que, francamente, ni yo sé lo que me pasa.- solo sé que lo llevo en mi mente desesperadamente desde ayer, lo busqué pero él terminó encontrándome antes y curando mi corazón engañado con su beso.

- Está bien, no me debes ninguna explicación.- declaró enseñándome su sonrisa perfecta que era como una caricia a mi corazón alborotado.

- Nos vemos en mi casa.- fueron las únicas cuatro palabras que supe decir cuando oímos el timbre que indicaba que era hora de ir a clases.

Narra Gastón.

En realidad, sí quería saber qué le provocaba aquellas lágrimas. Pero como decidí seguir el consejo de Matteo de darle su espacio, respondí lo opuesto a lo que realmente pensaba. Cuando nos separamos ir a nuestras respectivas clases decidí que sí aceptaría encontrarme con Felicity. Por lo menos, para ayudar a mi amiga virtual a quitarse la imagen de su mentiroso de la mente.

- ¿Te parece bien el viernes?- consulté.

- ¡Si! ¡Muchas gracias!

- De nada.

- ¿Cómo te voy a reconocer?- ni siquiera había pensado en que me iba a poner, por lo que decidí llevarle flores para animarla.

- Voy a llevarte rosas.- decidí.

- No tenés que molestarte. A mí me vas reconocer por vestir de azul.

- No acepto devoluciones.- sonreí, sé que ella no podía verme, pero me pareció divertida la situación.

- Ojo con lo que le escribes a Nina.- me advirtió Matteo sentándose a mi lado.

- Hablando de Nina.- dije guardando el celular. - No me dijo qué le pasa.

- Bueno pero hoy vas a su casa ¿no?

- Sí.- ¿debería decirle a Matteo de Felicity?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el inicio de la clase. Felicity era mi amiga, Nina era algo más que una amiga, ambas fueron engañadas por un Manuel que fingió ser Roller Track. Pero Nina necesita su espacio lejos de mí, mientras que Felicity necesitaba verme para superar la mentira.

Cambios de Roles | Gastina (Completada)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ