Déjame Odiarte [26]

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-¿Me puedes explicar qué es lo que acaba de pasar? -su mirada seria se para en el lugar donde sus labios hicieron que me callara.

-Bueno, creo que ya sabes cómo va el tema de los besos. Generalmente un chico y un chica...

-No hace falta que me cuentes eso, Kimberly. ¿Puedes explicarme qué está pasando entre vosotros dos?

Odio cuando las personas están demasiado cabreadas conmigo -hasta el punto de querer matarme con la mirada- y a mi cerebro sólo se le ocurren contestaciones irónicas que obviamente no pienso soltarle a mi padre. Es difícil ir en contra de tu naturaleza.

-¿A caso es que vosotros dos...? -cuando esa medio pregunta queda en el aire, soy yo la que se altera.

¿William-estúpido-Evans y yo? Si de verdad piensa eso, ya sé el motivo por el que está con la rubia teñida: no se le da nada bien juntar parejas.

-¿Estás pensando que él y yo tenemos algo? ¿enserio? -sueno tan indignada que hasta él se sorprende-. Aunque se sorprenda, te he prestado atención: sé lo que piensas y, desde luego, lo acabas de ver...

-¿Ahora vas a decirme que no he visto bien? -se cruza de brazos como si así tuviera mayor autoridad-. Adivino, te estabas ahogando y el intentaba ayudarme.

Aguanta el comentario, no contestes, vamos.

-Sólo digo que un inocente beso no hace daño a nadie. - y no entiendo por qué trato de justificarlo, si yo también estoy que echo humo.

-Sabes que su familia y la nuestra...

-Socios, lo sé -para no saberlo después de tantas veces repitiéndolo-. Temas de negocios que no deberían mezclarse con lo personas, pero de ve que tú eso no sabes diferenciarlo.

Y tras haber soltado el comentario que he estado manteniendo, doy por finalizada nuestra conversación y comienzo a subir las escaleras.

William Evans es un egoísta. Me ha besado sin mi permiso, me ha robado un beso.
El último en hacerlo había sido Carter, y de eso hace ya tanto tiempo que prefiero no hablar del tema para no volver a abrir la herida.

Mañana pienso dejárselo todo muy claro. ¿Quién se cree que es para besarme y romperme todos los esquemas? ¡Nadie!

Estos tan concentrada en maldecir al ojiazul que ni siquiera me percato de que mi hermana también se encuentra en el pasillo.

-¿Qué tal el trabajo? -al escuchar su pregunta, mi cuerpo se congela y se gira hacia ella.

-Me ha besado. El muy maldito me ha besado. -parece que la sorpresa de mi hermana es incluso mayor que la mía. ¿He hecho bien en contárselo?

-¿William te ha besado? -inquiere atónita como si no pudiera creerselo. Por su rostro pasan mil y una emociones que no soy capaz de distinguirlas todas. Parece sorprendida, enfadada, atónita, triste, cabreada y, por último, tranquila- Y... ¿qué tal?

-¿El trabajo?

-El beso, idiota.

-¿Qué quieres que te diga? Ahora mismo sólo pienso matarlo. -y su rostro tenso se relaja.

-Esa es mi hermana.

Después de darme un beso en la mejilla, baja sonriente la escaleras mientras yo retomo mi camino hacia mi habitación. Mañana va a ser un día muy largo.

Me despierto rápido con el objetivo de hoy todavía en mente. Preparo todo lo necesario tan rápido que me sorprendo a mi misma. Me doy un repaso rápido y bajo abajo para encontrarme con Olivia.

Déjame Odiarte ©Where stories live. Discover now