Déjame Odiarte [38]

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—Matthew Dawson.

—William Evans.

Al parecer, ninguno de los dos ha tardado mucho en saber del otro.

—Sí, y yo soy Peter y ella Kimberly. Oh venga, os estáis comportando como críos.

Interrumpe este incómodo silencio Peter. Tanto Will como Matt le lanzan una mirada asesina. Yo sólo me alegro de que haya cortado la tensión que hay instalada aquí. Se nota que ninguno de los dos ha olvidado su conversación, aquel día en el que Will me había cogido el teléfono sin permiso.

—Qué cosas tiene la vida, ¿no? Nunca pensé que llegaría a conocer al niñero de Kimberly. —suelta Will con una sonrisa satisfecho con sus palabras.

—¡Oye! ¡que lo he oído!

—Lo sé, linda.

—Y yo que pensaba que no podías ser más irritante... —masculla esta vez el pelirrojo— Se ve que me equivocaba.

—¿Lo haces a menudo? Tal vez te hayas vuelto a equivocar al venir aquí.

—No lo creo. De hecho, de lo único de lo que estoy seguro es de volver a estar al lado de Kimberly. Como siempre he estado, a su lado. —recalca Matt posicionando uno de sus brazos al rededor de mis hombros.

Will aprieta la mandíbula.

—Peter tiene razón —ambos me miran por primera vez en mucho tiempo—. Os estáis comportando como críos. Dejarlo ya.

—Venga Will, relájate. No vale la pena.—Peter se acerca a su amigo, manteniendo una de sus manos en su hombro izquierdo.

—Vamos, hazle caso a tu niñera.

—¡Matt! —exclamo al mismo tiempo en el que lo miro directamente, con una clara indirecta de que deje de actuar así; colocándose a la defensiva todo el rato.

—Enserio, Dawson. No sé a quién soporto menos, si a ti o a Miller.

Y es en ese momento en el que la cara de Matt cambia radicalmente. Mierda. Él no sabe nada de Carter desde la última vez que lo vio. Es decir, hace más de nueve años. Rápidamente, Matt deja de mirar a Will y me observa, alejándose de mi para poder verme mejor.

—¿Miller? ¿Es el mismo Miller que tú y yo conocemos Kimberly? —sus ojos están más oscuros que nunca. Se está empezando a enfadar, lo sé.

—Creo que se me ha pasado por alto el hecho de contarte sobre él. Con tantas cosas pues... yo.. no...

—¡Se te ha pasado! —genial, ahora empieza— ¿A caso algo está mal contigo?

—Espera, ¿sabe quién es? 

En los ojos de Will se puede notar perfectamente lo confuso que está ahora mismo.

Peter, a mi lado, no hace nada más que mirarnos alternativamente sin pararse en una persona por mucho tiempo. Si no le hubiese contado una parte de mi historia con Carter, juraría que ahora mismo se encontraría más perdido que un pulpo en un garaje.

—¿Por qué no lo hablamos en otro lugar más tranquilo? Además, está empezado a oscurecer, y no me gusta estar por la noches fuera de casa. 

Y sin evitarlo, Will y yo intercambiamos una rápida mirada.

—Está bien —acaba cediendo Matt—. Pero lo quiero saber todo.

Y tras decir eso, ambos recogemos las cosas y decidimos que el mejor sitio para hablar es en mi casa. Peter intenta escabullirse poniendo como excusa que tiene que irse, pero me niego a que se vaya. Ni loca me quedo yo con esos dos sola, ¿acaso Peter se ha vuelto loco? Tras parar de discutir, otra vez por a saber qué cosa sin importancia, los cuatro comenzamos a caminar. Mientras tanto, me voy preparando mentalmente de todo lo que tengo que decir.

Déjame Odiarte ©Where stories live. Discover now