Déjame Odiarte [54]

1.1K 68 90
                                    


Todos empiezan a abandonar las gradas sin ningún tipo de control o orden. Creo que todos estamos demasiado emocionados como para hacer caso a los profesores, quienes intentan por todos los medios seguir las normas. 

—¡Te llamo más tarde! —le grito a Marc mientras voy bajando las escaleras.

Cada vez lo visualizo más lejos. 

—¡No llegues tarde! —grita él de vuelta.  Claro que sí, papá.

Por suerte, papá y Priscila van a ir a una reunión de empresarios junto con los padres de Will donde, además, habrá una espléndida cena para todos ellos. Y como dicha reunión está bastante lejos de la ciudad, no volverán a casa hasta mañana por la tarde. Eso significa que no tengo por qué preocuparme de si llego tarde o de si directamente no vuelvo a casa a dormir.

A estas alturas aún no he decido la cantidad de alcohol que beberé esta noche. Todo depende de la situación en la que me encuentre; aunque de verdad espero poder comportarme como una adulta —así es como lo llama mi progenitor— y no beber demasiado, ya que aunque la fiesta sea la más importante de toda la ciudad, la resaca del día siguiente también va a ser la más grande e importante de toda mi vida. 

¿Cuál es la parte negativa de todo esto? Pues que ninguno de mi grupo tiene algún tipo de transporte con el que ir a la fiesta, por lo que no nos queda otra que ir andando. Espero, al menos, poder llegar un poco antes que los jugadores, ya que ellos supongo que se ducharán y se cambiarán antes de asistir a su fiesta. 

—Sólo espero que no llueva en el trayecto. —comenta Aaron. Matt comienza a quejarse en bajo, por lo que le doy un buen codazo para que se calle.

—¡Vamos, cariño! Mueve el culo y empieza a andar; una fiesta nos está esperando.

—No estés tan ilusionada, no pienso dejar que te pases de la raya. —le replica Carter a su novia, quien había hablado antes que él.

Ambos se sumergen en una pequeña pelea de enamorados en la que empiezan a discutir sobre el alcohol y todas sus muchas cualidades. Mientras tanto, yo tengo que lidiar con la constante guerra de miradas negativas que se van lanzando Matt y Aaron. Menos mal que mi hermana no se encuentra aquí, ya que eso sería la parte necesaria para volverme loca.

Por fin, después de varios interminables minutos, todos conseguimos llegar sanos y salvos a la fiesta. Y aunque ya hay bastante gente, las personas no paran de llegar en grandes grupos. Nosotros no nos paramos ni un solo segundo delante de la casa —que no tengo ni idea de quién es— y entramos a paso apresurado entre todo el gentío de gente. No se cómo ni porqué, pero en cuestión de segundos ya me encuentro a un lado de la pista de baile y con un vaso en la mano lleno de un líquido transparente que no tengo ni idea de lo que es; aun así, me lo voy bebiendo poco a poco intentando controlar los nervios repentinos que me acaban de invadir. 

De un momento a otro, el volumen de la música se reduce notoriamente. La gente comienza a apartarse de la puerta y a hacer un círculo alrededor de ésta. Ya sé lo que viene ahora. Todo el mundo empieza a aplaudir y a felicitar a voz en grito a nuestro equipo. Creo que todos los que nos encontramos aquí, somos conscientes de todo el esfuerzo y de toda la fuerza que han tenido que usar para poder derrotar a nuestros rivales y de hacerlos saber que nadie puede con nosotros. 

Me da igual que solamente haya sido un juego: nosotros hemos ganado y ellos no.

—Me merezco emborracharme hasta olvidarme de mi propio nombre.

Peter aparece de repente enfrente mía, provocando que grite por dos razones:

a) Me ha dado un susto de muerte ya que, cabe aclarar, que no lo he visto venir.

Déjame Odiarte ©Where stories live. Discover now