Déjame Odiarte [36]

1.2K 84 34
                                    

-¡Relájate! Tranquila Kimberly, ya se acabó, no pasa nada.

Su voz entra en mi sistema auditivo y noto cómo peligrosamente comienzo a relajarme.

No puede ser, él es la última persona a la que pensaba encontrar en esta situación. Me giro hacia él aún teniendo sus fuertes brazos alrededor de todo mi cuerpo. Lo observo directamente a los ojos, encontrando unos ojos azules realmente preocupados.

-¿Will...? -es lo único que consigo pronunciar antes de abalanzarme sobre él y abrazarle como si la vida me dependiera en ello.

-Shh... tranquila. -susurra cerca de mi oído mientras intenta tranquilizarme. Aunque sé que él se encuentra igual de nervioso que yo.

Yo no puedo parar de llorar.

Sé que ya estoy "a salvo", y sé que nada va a pasarme mientras esté con él. Pero eso no es suficiente como para dejar de llorar. Lloro por el miedo producido al encontrarme en esta situación, lloro por la impotencia sentida hace unas horas al no haber podido parar a Carter; y lloro, por toda la tensión acumulada que tarde o temprano tendría que salir.

Will me lleva nuevamente a su cama y hace que me siente en ella. Intento tener el suficiente auto-control para dejar de llorar. Cuando por fin consigo calmarme un poco, paso la vista por la habitación.
Y sí, es la de él. Está igual como la última vez que estuve aquí, ¿cómo no me he dado cuenta de dónde me encontraba antes?

En silencio, se aleja de mi y se dirige a su armario. De él, saca dos camiseta: una negra y otra blanca.
Y es ahí donde me doy cuenta.
Will se encuentra sin camiseta. Y si no fuera por la tensión producida hace unos minutos, ahora sería un momento perfecto para recalcar su bien fornido cuerpo.

Maldito dios griego.

La persona a la que he estado mirando embobadamente, me lanza una de las camiseta. Una mueca de duda se posa en mi cara, y él lo nota.

-Tenía que hacer algo para que dejaras de desnudarme con la mirada -se justifica. Mis mejillas empiezan a encenderse. Mierda, se había dado cuenta-. Además, -añade como si no fuese suficiente- no querrás coger frío, ¿verdad?

Y dicho eso, baja su mirada a mi cuerpo. ¿Pero qué...?

Mierda.

Lo antes que puedo, cojo la prenda de ropa y me tapo con ella. ¡Seguía sin camiseta! Dios, ¡no se puede caer más bajo! Will sigue riendo mientras ambos nos cubrimos con las camiseta.

Será idiota.

De repente, me percato de un dato importante. Lo había abrazado. Lo había abrazo sin camiseta; ninguno había tenido camiseta en ese momento, ¡qué vergüenza!
Y ya es la segunda vez que tiene que dejarme una de sus camisetas. Menos mal que esta vez me la ha dado sin rodeos, no como la primera vez... La imagen de estar a centímetros de Will peleando por una camiseta invade mi mente por completo. Y como consecuencia, una vez más, mis mejillas vuelven a sonrojarse.

-Apágate ya, preciosa.

Que justamente pronuncie esas palabras solamente produce el efecto contrario. Él vuelve a reír, contagiándome rápidamente su risa. Pero pronto paro de hacerlo, ya que un maldito punto en la cabeza me hace acordarme todo lo que ha pasado, además de producirme un terrible dolor.

Cuando levanto la vista pero mirar a Will, él ya se encuentra a mi lado. Otra vez preocupado por mi.

-Estoy.. -comienzo a decir intuyendo cuáles van a ser sus siguientes palabras, pero él no deja que acabe de hablar.

-No, no estás bien. Creo que lo mejor es que descanses un poco -añade. ¿Cómo? ¿dormir aquí? ¿en su cama?-. Cuando despiertes hablaremos de lo sucedido: no quiero que ahora te sientas peor de lo que ya estás. -hace una pequeña pausa mientras comienza a alejarse- Además, tengo que volver a desinfectarme las heridas. Aunque no lo quiera admitir, ese cabrón golpea muy bien.

Déjame Odiarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora