Déjame Odiarte [35]

1K 77 24
                                    

—¿Qué tal tu vida, Kimberly? —pregunta como si nada dejándome atónita.

—De mal en peor desde que has aparecido. 

—¿Sabes? Me encanta lo difícil que eres de conseguir. 

—¿Acaso te has golpeado en la cabeza? ¡No puedes cogerme contra mi voluntad, preguntarme cómo estoy y luego volver a ser el gilipollas que eras antes! —exclamo perdiendo todos los nervios. Observo a mi alrededor por si por casualidad alguien se encuentra por aquí cerca, pero parece que hoy no voy a tener esa suerte.

—Shh, relájate luv, ya veo que no tienes un buen día.

—Deja de llamarme de esa forma—el simple hecho de que siga con ese mote cariñoso provoca que mi estado de humor empeore por momentos—. Y no gozo de un buen día desde que descubrí que tú y la zorra de tu madre habéis decidido joderme la vida.

Al instante en el que proceso mis palabras, soy yo la que ahora mismo quiere darse de cabezazos contra la pared. Carter se abalanza contra mi para acabar agarrándome del cuello. Sin poder evitarlo, grito ante la sorpresa.

—¡Basta Kimberly! —espeta al instante. El miedo empieza a apoderarse de todo mi sistema a una velocidad increíble. Carter me observa sonriente, pues ha conseguido su propósito—. ¿No me digas que la pequeña Kimberly tiene miedo? Es raro, la última vez que te vi te hiciste la valiente para denunciarme. Así que ahora, cierra la puta boca de una puta vez. Me has arruinado la vida, y ha llegado el momento de que lo pagues. Y no puedes soltarme todo esto ahora cuando no eres capaz ni de despegar tus ojos de mi.

—No te tengo miedo —miento, y él se da cuenta de ello—. Y deja de alucinar, Carter. Créeme, no tengo ningún motivo para volver a sentir algo por ti. No tropezaré dos veces con la misma piedra —susurro mi advertencia lo suficiente alto para que él pueda entenderme. Su respuesta es aumentar su agarre en mi cuello—. Carter.. pa-para.. no p-puedo...respirar...

Comienzo a toser como consecuencia de la falta de aire, pero a él no parece importarle.

—Es otro, ¿no? Estás enamorada de otro, ¿no es así? No sé para qué te empeñas, nadie podrá superarme.

—Estas... loco...

—Oh vamos, Kimberly. Soy lo mejor que te ha pasado, no hay competencia: me niego a vivir sin ti.

—Eso deberías haberlo pensado antes de convertirte en un completo capullo —vuelvo a toser. El lugar se encuentra en pleno silencio; soy yo la única que se atreve a romperlo—. Sabía que no habías cambiado, pero intenté ignorarlo. Sigues y seguirás siendo el de siempre: las personas no cambian.

Y antes de que pueda seguir hablando, Carter rompe el poco espacio que queda entre nosotros y me besa abruptamente. Me suelta el cuello y vuelve a empujarme contra la pared. Sus labios atrapan los míos con una fuerza feroz, intentando hacerse un hueco entre mis labios. Al instante, intento separarme de él, pero es imposible: Carter está ejerciendo demasiada presión.

—¡Estás loco! —grito cuando acaba por apartarse unos cuantos centímetros. No pierdo más tiempo y ahora sí que intento huir— ¡Suéltame, joder! 

Exigo, como si de verdad fuese a hacerme caso.

—Vamos pequeña, deja de resistirte, te aseguro que te lo pasarás muy bien. 

Y antes de que pueda replicarle algo más, él se encarga de hacerme callar volviendo a acortar nuestro espacio.

Es extraño. Hacía tiempo que no sentía sus labios contra los míos; era una sensación que pensaba que jamás volvería a sentir: Carter ha sido mi primer y único amor. Ese primer amor que te acaba marcando, pero para mal.

Déjame Odiarte ©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن