Déjame Odiarte [44]

952 78 27
                                    

Sí, sabía de sobra que era muy mala idea. Repito: muy, pero que muy mala idea. Pero aún así decidí desobedecer a mi consciencia y dejarme llevar; vivir la vida loca por unos minutos. Unos minutos que me han pasado factura. Porque claro, ahora llegan las consecuencias.

Antes estaba segura de que todo lo que estaba viviendo con Will era demasiado bonito como para que durara demasiado. Ahora puedo confirmarlo. Y es que juro que no soy capaz de descifrar la cara de Olivia ahora mismo. Porque sí: mi hermana se encuentra aquí.
Más bien se encuentra gritándole a Will cosas no propias de una señorita.

Tuvo que ser ella, ¿verdad, karma? Justo mi hermana ha tenido que encontrarnos disfrutando del contacto de los labios del otro sobre los nuestros. Y joder, menudos labios.

Sin embargo, un rápido y fuerte empujón fue el causante de que ese manjar de Dioses se me escapara literalmente de la boca.
Deberías haber visto nuestra expresión de horror y sorpresa. Creo que hablo en nombre de los dos al confesar que jamás en mi vida he sentido tanto miedo como en este momento. Un poco más y los ojos se me caen de sus órbitas.

Al segundo de separarnos, ella ya se encontraba encima de Will gritándole y alejándolo de mi.
Siendo sincera, me pregunto qué hubiera sido peor; si el que nos hubiese encontrado mi madre o mi hermana. Ambas opciones son terroríficas.

—¿¡Cuantas neutonas te faltan Evans!? ¡Que tus asquerosos labios se alejen de mi hermana!

Will ni siquiera se defiende ante sus empujones; no se inmuta en absoluto. Entonces sé que se encuentra en el mismo estado de shock que yo.

—¡Olivia, basta!

Intento separarlos cuando soy capaz de reaccionar. Olivia se encuentra fuera de sí, y me asusta admitir que hacía tiempo que no la veía tan enfadada. Aunque lo que a mi me molesta es saber que ni siquiera tiene motivos para estarlo.

—¿Qué demonios te ocurre? —la sujeto por los hombros y ocupo todo su campo de visión para que pueda centrar toda su atención sólo en mi—. ¿Por qué te crees que puedes interrumpir de esa manera?

—¡Vamos! —exclama— ¡No intentes darle la vuelta a la tortilla! Soy yo la que debe hacer preguntas.

—¿Perdona? Soy yo la que debería comportarse como una loca escapada del manicomio. No tienes ningún motivo para estar alterada.

La cara de Olivia deja a la vista las ganas que tiene de cruzarme la cara en estos momentos.
Y aunque yo sí intento mantener la calma y comportarme de forma civilizada como una persona adulta abte esta situación, se me hace realmente imposible.

—¿Que no tengo ningún motivo? —repite intercalando la vista entre Will y yo—. Te ha besado. ¡Él te ha besado!

—Olivia, creo que lo mejor será que...

—¡Cállate Evans! ¡tú ya has hecho suficiente!

Mi cara debe de ser un auténtico poema, porque aunque intente entender y relajar la situación, no soy para nada capaz.

—Maldita sea, Kimberly. Estoy harta de tener que repetirte siempre lo mismo de siempre. Pensé que en nuestra última conversación lo habíamos dejado todo claro —mientras intenta en un intento fallido de mantener la calma, yo me voy preparando para sus duras palabras—. Sabía que debería habérselo contado cuando comencé a sospechar de tus intenciones.

Lo último lo escupe con verdadero odio hacia mi compañero, quien solamente se limita a tragar saliva y mantenerse en silencio.

Me temo que algo está pasando aquí y yo no me estoy enterando de nada. ¿A qué se refiere? Soy consciente de que esto no es nuevo, y que algo ocurre desde hace tiempo. Pero si de algo estoy segura es de que Olivia se está pasando de la raya con Will; y como buena impaciente que soy, no soy capaz de no intervenir.

Déjame Odiarte ©Where stories live. Discover now