Capitulo 10 "Si Encuentras Enemigos, Vas por el Camino Correcto"

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20 de Marzo del 2016
Caracas, Venezuela.

Era un caluroso día en la capital venezolana. Era pleno medio día y las calles estaban, desbordadas de personas. Trabajadores, universitarios, obreros, agentes de policía, vendedores ambulantes entre otros. Los negocios estaban a toda maquina, atendiendo a la gran masa de personas que, hambrientas, abandonaban su trabajo en su respectiva hora de almuerzo. Muchos iban a puestos ambulantes de comida rápida. Otros iban a establecimientos como panaderías o restaurantes pequeños donde los almuerzos eran delicias.

Entre las calles abarrotadas de personas. Un vehículo 4x4 de color negro se detuvo, de ventanas polarizadas e intimidante aspecto. En la calle frente al vehículo estaba un edificio perteneciente a una compañía de productos alimenticios que, de forma muy conveniente, nunca se había opuesto a las políticas del estado y que milagrosamente siempre lograba evitar la quiebra. En la entrada habían guardias armados con pistolas, estos llevaban chalecos anti balas. Frente al edificio de la compañía alimenticia estaba un complejo de apartamentos abandonados, de aspecto decrépito, olvidado.

Dentro de ese edificio, un hombre subía hasta el último piso, vestía completamente de negro, desde sus botas hasta su camisa. Llevaba por encima un chaleco táctico negro, y su rostro era cubierto por un pasamontañas del mismo color. En su mano derecha colgaba un maletín metálico un poco largo. Sus pasos eran ligeros pero que, aun así, lograban hacer rechinar la madera ya gastada. Se detuvo frente a la puerta de metal, cubierta por un poco de tela de arañas, la abrió soltando un crujido y avanzó dentro del pasillo. Tras recorrer cinco habitaciones se detuvo en la sexta, entró. La habitación era un lugar deprimente lleno de polvo y tela de arañas. Las partículas del polvo podían divisarse en el aire.

Se agachó frente a la ventana, colocó con cuidado su maletín en el suelo el cual abrió con un elegante movimiento de dedos. Dentro, estaban las piezas de un fusil de francotirador. Cual rompecabezas, unió las piezas con velocidad y disciplina armándolo en medio minuto. Se giró colocándose de pie y movió lentamente la cortina roja de la ventana. Si alguien llegase a entrar en la habitación, lograría ver con facilidad las letras que indican la unidad del hombre.

-Aquí Águila, ¿me copias Cobra 01?.- Dijo en un suave susurro hacia su radio el Francotirador del SEBIN.

-Aquí Cobra 01, te copiamos fuerte y claro Águila.

El francotirador, detrás del lente de su mira telescópica, revisó la zona, desde la calle hasta las ventanas del edificio, buscando a algún sospechosos o francotirador enemigo. No avistó nada. Regresó la mirada a la calle. Vio como otras tres camionetas negras aparcaban cerca de la primera.

-¿Los guardias son considerados enemigos?.-Preguntó con voz raposa Águila por el radio.

-Hasta donde se nos informó, los guardias son amenaza posible, de todos modos, bajas colaterales son aceptables en esta operación. Puedes disparar Águila.

La mira de Águila se posó sobre la cabeza del primer guardia, su dedo se posó suavemente sobre el gatillo y tras respirar lentamente, disparó. La bala impactó de lleno en el cráneo, derribándolo en seco, el agujero no tardó en liberar el terrible líquido carmesí. El chasquido del cerrojo resonó en habitacion al igual que el repiqueteo de la bala. Fue tan solo unos segundos que tomó para que las personas cercanas comenzaran a huir despavoridas del lugar, entre gritos. Sin tardar, la unidad de comandos del SEBIN en cubierto salieron de sus vehículos en formacion, avanzado hacia el edificio con sus armas listas. El segundo guardia vio como los equipos avanzaban, su mano palpó le revolver antes de ser derribado por la potente bala del fusil de francotirador que le dio de lleno en el pecho. Los comandos a paso rápido subieron los escalones que daban a la entrada del edificio. Dos guardias mas salieron asustados por el estruendo armados con pistolas semiautomáticas, apenas vieron a los comandos alzaron sus pistolas solo para ser eliminados a rafagas por los reflejos de los agentes.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora