Capitulo 23 "El Nacimiento de un Espectro I"

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26 de Junio del 2016
Venezuela. Macarao. Lugar de formación del Grupo de Acciones de Comandos (GAC\GNB)

El vehículo blindado de color negro se desplazaba lentamente por el terreno accidentado. Superando grandes montículos de tierra y atravesando espesos charcos de lodo, gracias a sus gruesas ruedas. La tanqueta VN-4 Norinco era la usada por la Guardia Nacional Bolivariana y el GAC. Dentro de ella, en la parte trasera iban los aspirantes a comandos, en lo asientos que eran extrañamente cómodos pero que aún así no ofrecían protección ante cualquier golpe producido por las sacudidas con algún obstáculo. Varias veces chocaron hombros por los bruscos movimientos. Allí dentro, los comandos iban vestidos de negro, de pies a cabeza, con sus chalecos y cascos tácticos, eran cuatro en total. Uno de ellos llevaba un escudo y un subfusil MP5 silenciado, otro portaba una carabina M4, otro de ellos llevaba una escopeta y el ultimo, portaba un fusil AK-103. Ese era el joven cazador.

Apenas había pasado un día, día donde los habían puesto a disparar desde la madrugada, en distintas canchas de tiro, contra distintos objetivos y distintas armas. Había sido agotador superar la cancha de estrés, y mas que todo por el cansancio de no haber podido dormir la noche anterior. Victor a duras penas se mantenía de pie. Rosamund, a su lado, le dio un leve codazo.

—No vayas a dormirte comando.—Le susurró con voz juguetona.

Victor entonces vio que era ella quien portaba el escudo. Javier portaba la escopeta y Nolan la carabina M4, por lo menos, en esa ultima prueba del día, le había tocado con gente en la cual sabia que podía tener fe. La tanqueta seguía sacudiéndose de vez en cuando, Víctor solo se preguntaba cuando llegarían a la ultima prueba. Entonces, la tanqueta se detuvo. Los tres compartieron una rápida mirada y sin tardar, abrieron las puertas de la tanqueta. Primero descendió Rosamund, seguida de Javier, luego bajó Nolan y por último, Víctor descendió. La arenosa vista le dio la bienvenida apenas bajar, dejando ver una zona árida que tenia por el norte un barranco desde el cual un francotirador podía dispararles, y por este estaba un bosque con un camino de tierra. Rosamund se colocó junto al lado izquierdo de la tanqueta negra con sus luces azules y rojas parpadeantes. Detrás de ella se colocó Nolan y detrás de Nolan, Victor. Javier por el lado derecho, comenzó a avanzar hacia la "casa" que debían de asaltar. Dicha casa no era mas que una formación de cauchos llenos de arena, colocados uno sobre otro dándole apariencia de una casa con una puerta.

Mientras el se aproximaba saliendo por el lado derecho de la tanqueta, apuntando con su escopeta a la puerta. Por el otro lado, Rosamund y los demás se acercaban pegados a la pared de la casa. Ella se detuvo junto a la puerta, mientras que Javier se detuvo al otro lado, apuntando hacia la cerradura de la misma. Víctor, supo que ese era su momento, y sin necesidad de decirle nada, tomó una granada de su chaleco, salió de formación con a granada en mano y una vez, delante de Rosamund, el y Javier compartieron miradas. Los dos asintieron y cuando Víctor quitó la anilla Javier reventó la cerradura de un disparo atronador para luego abrirla de una patada, Víctor arrojó la granada dentro y el silencio reinó. Aquellos segundos fueron como una eternidad donde la adrenalina combinada con los nervios, atacaban al joven cazador que, de repente, era invadido por dudas. Mas que todo, era miedo a fallar.

Apenas detonó la granada flash, Rosamund arrojó le escudo a un lado y empuño el subfusil MP5 silenciado que también portaba. Entró y su mirada hizo un barrido mientras se movía por toda la pared derecha disparando contra las dianas, detrás de ella Nolan entró disparando al igual que ella contra las dianas. Las dudas desaparecieron y todo ocurrió en segundos cuando Víctor entró, como el entrenamiento de asalto dicta, cubrió el flanco izquierdo y luego disparó a la diana que tenía delante. El fusil se agitó con violencia en su hombro mientras avanzaba hacia la diana, los demás disparos resonaban a lo que en cierto momento soltó el fusil que se mantuvo junto a él por la correa, giró su cuerpo a la derecha y desenfundó una pistola glock que usó para eliminar a la diana que ahora hacia frente a el. Fueron cinco disparos antes de detenerse llevando el arma a su pecho, miró a los lados notando como todos ahora tenían las armas bajas. Suspiró enfundándola, tomó de nuevo el fusil y esperó la orden de retirada. Aquellos nervios volvieron, ahora infundados por la opinión del Teniente Mariño.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora