Capítulo 40 "Hombre de Palabra"

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10 de Diciembre del 2018
Alemania. Ciudad sobrenatural de Kolstaf.

En la Ciudad Sobrenatural de Kolstaf, la mercenario, cuervo, estaba acostada junto al edificio de gobernación, junto con su enorme lobo al cual acariciaba, su pelaje resultaba suave al tacto.

—¡Cuervo! Te tengo un trabajo.

La mujer suspiró, su gorro de pirata oculta sus ojos verdes, los cuales rodó con hastío. Al acomodarse el gorro vio al híbrido de pie frente a ella.

—Te he dicho que mi nombre no es cuervo.

—Si si, como sea, tu estás aquí bajo mi paga y a mis servicios, por lo que el como te llame no es importante.

Dijo restándole importancia, eso le molestó, pero por como dijo. Estaba allí por el dinero, así que decidió ignorar eso que le molestó.

—Bien, necesito que embosques al cazador si logra tomar Dormenst.

—¿Te da Miedo que llegue a Dormenst?

La burla en la voz de la mujer no pasó desapercibido para el joven de ojos bicolores. El mismo se cruzó de brazos.

—Se que el imbécil del gobernador de Dormenst no podrá detenerlo.

Cuervo se puso de pie con rapidez, encarando al líder de los rebeldes. Ambos se miraron por unos segundos.

—¿Por qué luchas contra alguien que te supera?

El rostro del híbrido cambió a uno de desconcierto. Esa pregunta le dejó fuera de base, iniciando la chispa de la ira. Una que se dirigía hacia la mujer.

—¿Qué?

—Estas luchando contra un enemigo que te supera, tanto en condiciones físicas, como de combate y belicamente.

Ella le dió la espalda, dirigiéndose al lobo que ya estaba en sus cuatro patas. Le colocó la silla de montar con las mochilas. La ira del Híbrido no se hizo esperar.

—¡¿Ahora estás de su Lado!?

—No, solo digo que tú guerra con el Abismo terminó en Gerfeullem, esto es solo la rabieta de un niño pequeño.

Respondió dándole la espalda. La ira del hombre se había dispersado por todo su cuerpo hasta su último poro. Al darse la vuelta, el Híbrido la tomó del cuello, apretando con fuerza. Ella llevó sus manos al fuerte brazo del Híbrido.

—Yo solo digo órdenes, órdenes de mi líder, supremo líder. ¡Y una asquerosa mercenario no va a cuestionar su sabiduría!

De una patada, se liberó del agarre del híbrido. El ser la miró, el enorme lobo le gruñó amenazante, ella lo calmó acariciándolo. Con un suspiro, subió al lobo.

—Este será el último trabajo entre nosotros, ten lista la paga, volveré en unos días.

Y sin dejarle responder, el lobo con sus poderosas patas emprendió el rumbo fuera de la ciudad, bajo la furiosa mirada del ser. Con el viento impactando en su rostro, cuervo tuvo un macabro pensamiento.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora