Capítulo 33 "Guerra Relámpago"

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22 de Agosto del 2018
Abismo. Calles de la Capital.

Por las calles de la capital, cerca de una zona urbana conocida por ser un lugar lleno de gente pudiente, de dinero, con múltiples negocios y tiendas. Parques llenos de zonas verdes. Un lugar agradable para estar bajo las luces artífices de colores purpúreos que alumbraban el lugar. Abrumado por el sentimiento de la felicidad, Víctor caminaba junto a Angelique. Cuando la conoció no creyó que acabarían así, paseando por las calles del abismo agarrados de la mano. Sonrió por lo bajo.

—¿Estas feliz?.—La voz dulce de ella le sacó de sus pensamientos.

Víctor dirigió su mirada apenas ella se detuvo. Esos orbes verdes le miraron con brillo y expectativa. Le parecieron hermosos.

—¿Como no podría estarlo? Es... Nunca creí que acabaríamos así.—Dijo alzando sus manos juntas.

Angelique rió moviendo los dedos entrelazados con los de él. De forma juguetona que al Espectro le pareció tierna. Ella apretó su mano con fuerza. Como si no quisiera soltarla.

—¿Te arrepientes?.—Preguntó alzando una ceja.

—No.

La atrajo hasta él tomándola de la cintura para probar de nuevo la exquisitez de sus labios, ella no se negó dejándole llevar el beso, sentir ella como era ser guiada, pues ambos eran novatos en el amor. Era un momento donde el mundo se volvía ajeno a ellos, solo ellos dos estaban. Se separó rozando sus labios con una sonrisa y un leve sonrojo.

—De lo único que me arrepiento ahora, se que sonará atrevido y pido disculpas por ello, es no haberme grabado mejor tu imagen ese día en Flakmern.—Le susurró en su oído.

Ella soltó una risa, le golpeó en el pecho alejándolo a lo que él extendió los brazos con inocencia. Un señor que estaba en el parque observando el lugar vio a la pareja como un par de jóvenes enamorados, el señor sonrió y retomó su lectura de un viejo libro. Angelique se acercó al cazador con las manos en la espalda, su rostro tenía una expresión juguetona en él.

—Pues, lamento decirte que esta obra de arte.—Dijo señalándose a si mismo cual modelo.—No puede ser visto por ojos impuros, después de todo soy un ángel. Seria un pecado.

Angelique se alejó adelantándose en el camino. Victor parpadeó y antes de seguirla susurró:

—Entonces me convertiré en un pecador.

El joven retomó el paso junto a su ángel. Angelique veía el pasar de las personas, bien vestidas, profesores, ingenieros, estudiantes, alguna que otra patrulla de la guardia que al ver a Víctor se le paraban firmes, cosa que comenzaba a cansarle. Cuando pasaron junto a la ultima patrulla el suspiró y ella soltó un risa.

—Vaya parece que pasaste de ser el enemigo numero 1 de la guardia a ser el oficial al que todos se le paran firmes. Apuesto oficial.—Le guiñó un ojo. Victor desvío la mirada algo cohibido por ese guiño.

—No es gracioso, ya se torna fastidioso que todo soldado que te vea se pare firme como si los fuera a castigar por no hacerlo, se que lo hacen por respeto pero, dioses.—Entonces Víctor reparó en su cumplido.—¿De verdad te parezco apuesto?

Angelique siguió caminando, con Víctor a su lado, el joven tomó de forma discreta la mano de su ángel a lo que ella sonrió de lado. Continuaron observando tiendas de diferentes cosas, ropa, comida, recuerdos. Junto a un parque estaba una pequeña tienda de recuerdos a la cual Angelique entró. Dejando a un sorprendido Víctor que parpadeó algo fuera de lugar.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora