Capitulo 29 "Primer Curso de Operaciones Especiales SPECTRE II"

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2do de Abril del 2018
Alemania. Poblado de Flakmern

Ese día, despertó de mal humor. Después de las pocas horas de descanso tras haber estado casi toda la noche reprendiendose mentalmente por lo que había echo, que era más que imprudente. No sabia porqué lo había echó, actuó bajo instinto, se dejó llevar por su parte más descontrolada. Cosa que en él, las pocas veces que eso pasaba, nunca terminaban bien.

Se levantó, sin perder tiempo se colocó su uniforme, botas negras lustrosas, pantalón táctico negro, sudadera negra de cuello de tortuga, se enfundó la pistola, se llevó la máscara en su mano izquierda y salió de su habitación. Recorrió el corto pasillo hasta llegar al cruce que llevaba al comedor, donde allí estaba un agotado Andy, vestido con el uniforme negro, esperando por su instructor. En la mesa yacía un delicioso pan con unos trozos de carne y una humeante taza de café. Depositó la máscara sobre la mesa, se sentó. Le dio un gran mordisco al pan para luego llevarse un generoso sorbo de café a la boca. Estaba dulce, como le gustaba. Al bajar la taza miró con una sonrisa un tanto malvada al joven Andy.

—¿Estas consciente que ese no es el uniforme de día cierto?.

Andy se miró la ropa antes de soltar una serie de impropios e insultos hacia la creación, parándose a regañadientes hacia su habitación para cambiarse al uniforme correcto. La sonrisa desapareció dejando ver de regreso el mal humor del Espectro ese día. Desde la sala de estar ingresó el fornido herrero, el cual al ver a Víctor le dirigió un buenos días que él le respondió. No tardó en notar su mal humor. Antes de poder responderle, el Espectro le habló.

—El desayuno, ¿Tu lo hiciste cierto?.

Preguntó antes de darle un buen mordisco a la carne. El herrero se sentó en una de las sillas, las cuales era un milagro poder soportar tal cantidad de músculo en un solo cuerpo.

—Si, de eso me he encargado yo hoy.—El herrero miró profundamente al Espectro.—La señorita Angelique se levantó con un humor no muy bueno el día de hoy, tanto así que se fue antes de que amaneciera, y por lo visto, tu eres casi el mismo caso.

—Se fue sola... ¡Mierda!.

Exclamó el Espectro golpeando con su puño la mesa. Suspiró, tomó otro sorbo de café antes de pararse mirando fijamente la puerta de salida, la cual estaba en la sala de estar. Se terminó rápidamente el café dejando la taza vacía en la mesa. Dirigió la mirada hacia Gwin. Tomó la máscara colocándosela.

—Guarda eso que más tarde lo termino, debo de iniciar el entrenamiento de los comandos y luego buscar a esa mujer.

Se dirigió hacia la puerta, antes de salir, el herrero le hizo detenerse con sus palabras.

—Trata de no volver a cometer el mismo error.

Él se detuvo con la mano en la puerta, bajó la mirada, la dirigió hacia el herrero, una mirada profunda y gélida tras los visores de la máscara.

—El error fue de ambos.

Treinta minutos más tarde iniciaron las prácticas. Ese día los comandos vieron múltiples escenarios de tácticas de asalto, en los cuales pudieron practicar el como asaltar y defender una casa o edificio. Luego vieron los diferentes tipos de movimientos en grupo que toda unidad militar debe de saber. Fue un día largo, pues unió ambos grupos, comandos y francotiradores para una práctica combinada en técnicas de asalto. Fueron largas horas de gritos y regaños por parte del Espectro hacia los aspirantes. A eso de las 4:39 de la tarde, los jóvenes yacían todos reunidos en el claro del bosque, descansando bajo la mirada gélida de su instructor que ese estuvo más amargado de lo normal.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora