Capítulo 37 "S.I.I"

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1 de Diciembre del 2018
Abismo. Calles de la Capital.

Casi tres largos meses pasaron desde el día en que el abismo sintió el poder de su diosa la cual no volvió a mostrarse.

Victor estaba de devastado con la pérdida. Todos habían visto lo que consideraban como la muerte de Angelique. Guardaron luto en silencio dejando que las lágrimas del cazador se agotasen.

Con la orden de ir a descansar, Victor fué a dormir y todos los presentes despachados. Volkner hizo una inspección de los daños. Nada grave, solo paredes fácilmente reparables.

Los problemas apenas comenzaban. Claude, ahora gobernador de Dormenst, tanto por su influencia como líder rebelde como por la elección de la gente, era el nuevo gobernador. Le exigía al Abismo, mejor dicho. A su gobernante, una reunión para discutiré los términos político territoriales en su ciudad.

Claramente, Volkner no iría sólo. Cierto es que tiene el poder para acabar con cualquiera, en caso de que las negociaciones fallen y se tornen violentas. Aún así debia de ir con una escolta, no tanto para su protección sino para intimidar sus oponentes.

Al día siguiente, buscó a Víctor. El joven no había salido de si habitación durante toda la noche y parte de la mañana. Aldrich acompañó a Volkner, pero el monarca abismal fue el que ingresó.

A primera vista, se impresionó al verlo todo en orden. Pensaba que, al contrario, Victor tendría un ataque de ira y acabaría con todo. Dejando solo los restos. No fue así.

Un inmensa paz, junto con un ambiente pesado inundaban el cuarto. Volkner se adentró, viendo la figura de Victor sentada en el borde de la cama. Tenía la mirada en el suelo. Dejando que sus cabellos cubriesen sus ojos.

Volkner terminó de acercarse a él. El joven no le dirigió la mirada. El De Señor Del Abismo estaba en una situación incómoda puesto que él no era experto en tratar con personas en momentos como ese.

—¿La gente de Dormenst exige una audiencia con usted, verdad?

Volkner quedó mudo y antes de decir nada Victor se puso de pie, como si llevase el peso del mundo. Le dirigió la mirada. Sus ojos negros, con un leve asomo del tono carmesí, le miraron fijamente.

—Si, venía para pedirte que tú y tus soldados nos acompañen.

—Iré, dígale a Rosamund que prepare a las tropas, estaré allí al momento de partir.

Volkner dejó la habitación trás despedirse del jóven. Al salir Aldrich le miraba expectativo. Volkner hizo una mueca inconforme.

—O tiene muy bien instinto o ese joven tiene oídos en las paredes.

Ambos abandonaron el lugar, decían de prepararse para el día siguiente pues partirían en la mañana hacía Dormenst.

Al día siguiente. En la entrada a la capital estaba, en formación, el Primer Batallón de Infantería de Choque junto con los tanques y los vehículos de transporte de personal. Allí por igual estaban los Spectre. Rosamund y Aldrich. Ninguno se enteró de la presencia del joven hasta que lo vieron sentado en la torreta del tanque. Eso le helo la piel a más de uno.

—¿Que esperamos? 

A las 0800 el Batallón Blindado partió. Abandonaron el Abismo emprendiendo rumbo a Dormenst. Ya habían planeado como sería el despliegue para así evitar cualquier emboscada.

El Cazador (Saga Angel De La Muerte, Libro #I)  Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum