Capítulo 19: "La pequeña mentirosa"

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 En dirección, sentada en la recepción casi en frente de la secretaria, ella me veía de forma asqueada mientras iba escribiendo en su celular, esa enana de cachetes hinchados me debe odiar o ¿Acaso me tiene miedo? Hehehehe... sí, creo que ya se enteró de lo que hice. Como me estoy aburriendo ¡qué lugar tan aburrido!

Seguí pensando en lo que le hice a ese miserable. ¡Vaya llorón! Gimió como una perra, hehehehe... que divertido sonaba como esa porquería me suplicaba piedad, se le veía en los ojos el horror que nunca se esperó, pero fue tan Wow lo que hice, sentir la sangre de un humano derramarse entre tus manos mientras le seguías puyando una y otra vez en las mismas heridas hasta sacarle la piel, eso es algo que no tiene precio, tendrías que vivirlo para entenderlo, como quisiera avécela arrancado ¿Cómo se ve un niño sin piel? Me imagino que muy rojo por dentro o ¿No? O ¿solo se le verá los órganos vivos?

A fin de cuenta él se lo buscó, espero que le dé gangrena y se le pudran las heridas que hasta el médico le cause nausea y vomite sobre ellos o mejor aún que le duela tanto y llore hasta morir, sí que lloriquee como un bebé, HAHAHAHAHAHA... es una lástima que me haya descubierto la vieja mal maquillada, de añejo olor y de cabello desteñido de la profesora, siempre viene un adulto a arruinarme la diversión. Bastardos, ojala que se los viole un burro.

¡Ya me fastidié! es mejor que me vaya, me levanto dirigiéndome a la puerta del pasillo y escucho — ¿A dónde vas?— volteo molesta y era la chaparra flaca de la secretaria regañándome, esa amargada quien se cree, debería meterse en sus asuntos, si sabe lo que le conviene — ¡No es tu problema!—le respondí con desdén, ella resopla alterada, se levanta advirtiendo —Mira niña malcriada, tu a mí me respetas y no te puedes ir— habían unos segundos de intenso silencio entre las dos pero no desistí en mi decisión, nadie me da órdenes y menos una infeliz como ella —¿Y qué me vas hacer? ¿Pegarme? —inquirí con un mugido de burla en su posición, ahora la vi más molesta, como se nota que quería hacerlo pero se resistía, lo veía en sus caídos ojos, gracias a la leyes que protegen a los menores podemos hacer lo que se no dé la gana, gracias "Lopna" de darnos una oportunidad para aprovecharnos de los adultos como ella HAHAHAHAHA.... Mmmm... tengo una idea divertida, la voy a provocar a ver que tanto aguanta HEHEHEHEHE..., sonreí con una mirada desafiante, diciendo

—Oye Enana como sé que no puedes pegarme, te diré que aparte que eres más flaca que una hoja, deberías comprarte un perfume, porque desde aquí huelo tu peste o mejor aún, existe algo que se llama ducha, deberías conocerlo— carcajeé con diversión de garganta al techo.

—Niña maldita, espera cuando se lo diga a la directora

—"Niña maldita espera cuando se lo diga a la directora"— le arremedé imitando su aguda voz pero yo la chille más

— ¡Te parece gracioso! ¡¿Crees que estoy jugando?!

— "¡Te parece gracioso! ¡¿Crees que estoy jugando?!"

— ¡Tu enserio estas mal de la cabeza!

— "¡Tu enserio estas mal de la cabeza!"

— ¡YA DEJA DE IMITARME!

— "¡YA DEJA DE IMITARME!" mírenme soy la secretaria mal oliente de la directora, me la paso todo el día sin hacer nada porque en realidad no se hacer nada...

— ¡Ya basta!—

—...Escribo en mi perol de teléfono porque soy una pobretona mal pagada...

— ¡Si sigues te voy a dar una Ahsss... te lo estás buscando!

—Soy plana completamente plana y es por eso que no uso sostén porque mis pechos parecen de niño de seis años, es más las niñas de siete años tienen más pecho que yo, aparte mis hijos son igual de feos, mal olientes y estúpidos como yo HAHAHAHAHAHA...

Prototypa II -Versus-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora