Capítulo 37: "Un cambio de vida"

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—Ahs... Me duele la cabeza— observa borroso el fondo de la sala —Tranquilo, es normal sentirse así por unos minutos— dice David en alguna parte —Tengo mucha sed— queja Cristian mascando con la lengua— ¿En dónde estás? No te veo. —Dice girando los ojos— ¿Qué ves?— inquiere Ernesto— Solo un cumulo de borrones blancos— se queda callado— ¿Es normal?—se mantiene el silencio — ¿ES NORMAL?— inquiere el chico levantando la voz—Eeehh... ya te recuperaras, ¡aguarda!— profesa David, en otro tono menos seguro—Recuéstate y cierra los ojos.

— ¿Qué pasó?— inquiere inquieto —Cada vez, estoy viendo un manto negro a mi alrededor— cuenta meneando la cabeza sobre la almohada — ¿Qué me está pasando? ¿QUE ME HICIERON?— da girones rápidos sobre la cama— ¡Tranquilo!, tranquilo, todo saldrá bien— advierte la voz acelerada de David, siente que alguien lo detiene por su brazo derecho — ¿Por qué me dices eso? ¿A qué te refieres? ¡¿Me voy a quedar ciego?!— vocifera muy nervioso, respira frenéticamente con ganas de gritar— ¡Cálmate hijo!— continua esa voz. Al pobre Cristian le ponen una boquilla y lo duermen.

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En la mansión, Nima se queda callada con la boca abierta — ¿Por qué me miras así?— inquiere el serio Mac con un tono altanero. Menea la cabeza para volver en si —Eehh... nada, no es nada—murmura. Detrás de su espalda guardaba un cuchillo especial pues esperaba escuchar un <<no>> o algo parecido —Vaya hermanito, me alegra que hayas tomado una buena decisión. — Gracias— exhala Mac en un tono frío, acompañado de su mirada severa con las cejas medio fruncidas. Hay unos minutos de silencios entre los dos, pues todavía no han hallado una cálida confianza lo suficiente para crear cómodas conversaciones como si se conocieran de toda la vida, Mac se mantiene distante y Nima le sonríe — ¿Ya comiste?— inquiere amistosamente pues muy en el fondo se sentía contenta por él— ¡No tengo hambre!— responde de manera áspera e inoportunamente, su estómago suena como si escuchara esa pregunta e interviniera en la conversación — ¿Estás seguro?— alude su hermana observando su barriga, Mac se cubre el abdomen diciendo— Es mi estómago pues ¡claro que estoy seguro!— su fea respuesta la incómoda y cierra sus manos como una intolerante reacción de rechazo.

— ¡Está bien!—exclama alterada— ¿Alguna otra cosa hermanito?— inquiere seria.

—Sí

— ¿Cuál?

— ¿Te puedo hacer una pregunta?

Nima traga saliva pues no esperaba que clase de pregunta iba ser—Eeehh... sí, claro...— afirma fingiendo estar relajada.

— ¿Eres una niña?

— ¿Qué?— inquiere levantando los labios, frunciendo el rostro.

— ¡Respóndeme! ¿Eres una niña?

— Pues, como ves— extiende sus palmas sobre todo su cuerpo— obviamente no lo soy.

—Cierto—sonríe Mac con suspiro— Entonces, eso significa que yo tampoco lo soy ¿Verdad? Mmm... HER-MA-NI-TA — ataca con una actitud completamente diferente a la que solía ser, se retira cerrando la puerta.

— Eseee... ESEEEE... Ahsss...— refunfuña golpeando con el talón el suelo de mármol negro alfombrado— ¿Qué le habrá pasado? — Inquiere pensando, sobando sus mejillas —Como sea, me gusta su nueva actitud— sonríe con un tono diabólico en su expresión.

Mac camina rumbo al baño con una expresión de muy pocos amigos. Entra, va al lavamanos y se lava la cara, se mira en el espejo y ahora ve a un chico completamente diferente al de antes, como si fuera otra persona pero este nuevo Mac era horrible y grosero; su mirada caída, confiable e insegura cambia a una que guardaba todo rastro desprecio hacia los demás e incluso hacia si mismo. No soportaba verse en el espejo, se restriega los ojos pensando en sus padres —Los odio— solloza — ¡Los odio!— jadea angustiado— ¡LOS ODIOOOOOO!— cierra sus puños, golpea la pared justa abajo del espejo y arriba de la perilla generando una grieta, grita con fuerza en un tono de furia hasta escucharse a un piso más abajo.

Prototypa II -Versus-Where stories live. Discover now