Capítulo 2

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Dulce nunca había estado más equivocada en su vida.

Ana Serradilla, por Dios, hasta ya la quería. Simpática, sencilla y con un buen sentido del humor.

Había conocido acerca de esta peluqueria por una de las revistas ecológicas que compraba todos los meses. Les había pedido disculpas a ambas por no llamarlas personalmente y buscar una hora tan precipitada pero con todo lo del matrimonio y sus actividades benéficas no tenía ni tiempo para ir al baño.

La acompañaban su asistente de bodas Laura y su hermana mayor -ella si que era una de las viejas mamilas- Claudia.

-No se cual peinado elegir ¡Son todos tan hermosos!- sonrió al verse al espejo.

Le habían hecho tres peinados que habían diseñado antes al ver las proporciones de su cara. Lo único que tenían todos en común era una antigua tiara de diamantes de su abuela que habia que meter en el peinado por obligación.

-¿Vas a ocupar velo?- preguntó Dulce.

-Si, quiero que sea como de películas y que Christopher me saque el velo cuando llegue al altar- soñó despierta.

-¡Ay que romántico!- aplaudió Any.

Dulce solo sonrió -En ese caso creo que te quedara mejor el segundo-.

-Lo que tú digas. Ustedes son las expertas- las halagó.

-Si, yo opino lo mismo- concordó Anahí.

-¡Entonces el segundo será! Laura sácame una foto para mandársela a Christopher y ver si le gusta-.

-Te va a responder como tres horas después con un simple si, está en el trabajo y ya sabes cómo de obsesivo es con eso- la provocó Claudia.

¿Cómo estas dos podían ser hermanas?

Ana la miró mal -No importa, hazlo igual Laura-.

Finalmente Dulce con amor le había sacado el peinado y ahora estaban pagando.

-¿Qué es esto?- preguntó Ana señalando una repisa con productos naturales.

-Los de la derecha son los productos que hace Dulce y los de la izquierda son productos orgánicos que vendemos- le informó Any.

-¿Hay maquillaje también?-.

-Si, también maquillamos- dijo Any.

-¿Y ustedes me podrían maquillar para mi matrimonio?-.

-¿Pero que paso con Jerry? Mi maquillista de New York- dijo Claudia anonadada.

-Me siento muy plástica cuando me maquilla -le dijo a Claudia y luego se dirigió a las dos estilistas- Me gustaría que ustedes me maquillaran- sonrió.

Any apretó el brazo de su amiga detrás del mostrador. Esto estaba saliendo mejor de lo que pensaban.

-Estaremos encantadas- sonrió Any.

-Y también me gustaría que fueran a mi fiesta de compromiso, va a ir el diseñador de mi vestido, el chef, el decorador y hasta Laura. Se que mi elección les abre un mundo de posibilidades...-.

-El matrimonio de Ana va a ser el evento del año- confirmó Laura.

Claudia bufó por lo bajo.

-Y ustedes son simplemente maravillosas. Me gustaría presentárselas a mis amigas- sonrió.

¿Podía ser mejor persona?

Compraron algunos productos, pagaron y se fueron con su número telefónico personal prometiéndoles llamarlas para la fiesta de compromiso.

Las despidieron con la mano afuera de la calle hasta que las perdieron de vista.

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