Rendición

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Anahí dejó las llaves en la mesa y vió a Dulce llorando en el sillón, dando vueltas una pulsera de cuero.

Le dolía ver a su amiga así. Habían pasado dos semanas desde que la había encontrado y alojado en su casa junto con su hermana Marichelo. Pero ambas estaban muy preocupadas porque ella todavía no les contaba nada. Solo intercambiaba monosílabos cuando le preguntaban algo y siempre parecía estar fuera de ella. Cuando le preguntaban algo de donde había estado se paraba para ir al baño.

Marichelo pensaba que se había metido en drogas más fuertes y al principio Anahí lo negaba. Dulce días antes de irse le dijo que quería dejar atrás todo eso. Pero a medida que pasaba el tiempo su aspecto solo empeoraba, estaba mucho más delgada de como llegó y las ojeras ya eran algo típico de su día a día. Lo que la inquietaba ¿No era eso lo que le pasaba a las personas luego de dejar de dejar las drogas?

Necesitaba saber lo que le estaba pasando.

Ahora.

Any se sentó en el sillón -Sabes que he sido muy paciente estas dos semanas. No te he preguntado dónde has estado estos tres años y tampoco te he preguntado qué haces de vuelta. Pero me preocupas. Dulce cada vez te ves peor. Casi no comes y estoy segura que has bajado de peso desde que llegaste. Se que tú querías dejar todo atrás, pero si Rodrigo te hizo algo y ahora tienes problemas podemos llevarte a una clínica. De seguro ellos sabrán que hacer y...-.

-No he visto a Rodrigo desde que me fui -la interrumpió- Al menos no de cerca -recordó cuando iba a comprar marihuana a La Comunidad ella siempre se escondía hasta que se iba- Y no he estado metida en drogas si es lo que piensas- se enderezó y se secó las lágrimas con la manga de un polerón que le había regalado Any. Pues su amiga se había dado cuenta que solo había viajado con lo que tenía puesto y le había regalado algunas cosas junto con su hermana que ya no ocupaba. Haciendo caridad con su mejor amiga. A ese punto habían llegado.

-Entonces dime que es lo que ha pasado para que te encuentres en este estado. Me preocupas amiga, me preocupas demasiado-.

Dulce la miró unos segundos a los ojos. Sabía que había estado siendo egoísta en esos días, su amiga le había dado todo lo que pudo para hacerla sentir más cómoda y ella no le había agradecido con nada. Ni siquiera con alegría o una sonrisa. Solo había llorado y deambulado como un zombi.

Pero es que no podía, ella no podía. Había dejado de buscarlo por las calles hace exactamente una semana. Aunque en realidad no había tenido otras pistas que las de el primer día. Solo paseaba todo el día por las calles tratando de buscar su cara... paseó por todos los lugares de México viendo la cara de miles de personas. Pero no la de el.

Quizás ni siquiera estaba en México. Podía perfectamente haber tomado un avión hacia otro país o hacia otra parte de México.

Ella no entendía porque se había ido ¿Por qué la había dejado? ¿Por qué se había ido si la amaba?

Pero ¿Era todo verdad? ¿Habían sido esos dos años llenos de sentimientos verdaderos? En su cabeza empezaba a plasmarse la idea de que el nunca la amo. Tantas palabras, tantas promesas, tantos noches juntos ¿Para qué? ¿En realidad el había sido capaz de mentir todo ese tiempo? ¿No habría tenido culpabilidad? Ya no estaba segura que nada.

-Dulce- la llamó Anahí al verla sumida en sus pensamientos.

-Any- la abrazó y lloró entre sus brazos.

Su amiga la consoló por bastante tiempo, hasta ella sintió como le caían las lágrimas por el dolor de su Dulce. La niña con la que se conoció en el colegio y desde el primer día se hicieron inseparables.

-¿Puedes contarme que pasó?- preguntó luego de un rato.

-Me enamoré, me enamoré como una estúpida y creo que me mintieron todo este tiempo-.

Any se separó de ella y le tomó las manos incitándola para que siguiera hablando.

-Me fui a La Comunidad hace tres años, es una especie de lugar gitano, hippie y sustentable. Luego de un año lo conocí... Lucas se llamaba y cambio mi vida por completo. Nunca pensé que podía amar a alguien como lo amo a él y se fue... sin ninguna explicación. Solo el recibo de un bus desde Puebla hacia México fue lo que encontré y decidí seguirlo, pensando que lo encontraría de inmediato, que me estaba esperando... pero no hay nada... Se me fue de las manos y yo no sé... no sé cómo seguir Any- terminó rompiendo a llorar de nuevo.

-Ay mi amiga- le acarició la espalda.

-Me siento rota por dentro, me siento vacía. No entiendo yo... ¡Nos hicimos promesas Any! Promesas para la eternidad -comentó mostrándole la pulsera de cuero que había estado mirando cuando llegó- Ni siquiera una explicación después de todo... ¿Por qué se fue?-.

-¿Y no tienes información que nos ayude a encontrarlo?-.

-Solo se que se llama Lucas y ahora tiene 24 años-.

-¿Y apellido?-.

-No Any, no conozco nada de su pasado, pero lo amo, lo amo como nunca lo he hecho en mi vida-.

Anahí no sabía que decirle. No quería hacerle falsas promesas de que lo iba a encontrar y no quería decirle que era imposible encontrado en la inmensidad de México. Pero por lo menos Dulce ya se había abierto con ella, ya le había dicho lo que le pasaba y la ponía un poco más tranquila el ver que no había vuelto a las drogas.

-¿Qué vas a hacer?- preguntó luego de unos minutos.

-No lo sé -negó con la cabeza- No lo sé-.

Any le agarró los hombros con fuerza -Vas a salir adelante, te lo prometo. Si te quieres quedar conmigo yo estoy más que contenta de que lo hagas, te recibo con todo mi corazón y ya veremos qué hacemos con nuestras locas vidas. Total ¿No era que íbamos a estar juntas por siempre? Te estoy dando la oportunidad de que cumplamos nuestro sueño de vivir juntas de pequeñas y quizás, más adelante podamos tener nuestra peluquería como tanto ansiábamos ¿Te acuerdas cuando peinábamos a mi mamá? Siempre nos retaba porque le hacíamos cualquier cosa y le arruinábamos el pelo -rió y Dulce rió también. La primera vez en semanas- No sé... en este momento estoy fantaseando pero quiero que sepas que estaré aquí siempre-.

Dulce pensó en lo que le dijo Any, quizás tenía que salir adelante. Quizás era lo correcto después de todo. Aunque el recuerdo de Lucas se le quedaría grabado siempre en el corazón no podía echarse a perder la vida por el. No podía volver a La Comunidad, por los recuerdos que le traería. Pero tenía que salir adelante y eso empezaría con volver al lugar del cual huyó.

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Y pensar todo lo que pasó después...

Quiero que me digan lo que piensan sus cabecitas acerca de lo que pasara a futuro...😏😏

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