Capítulo 39

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-Quiero que me digan lo que opinan acerca de decirle al padre del bebé que tiene Dulce en su pancita- declaró Anahí luego de un silencio ocurrido por una anécdota de Isabel acerca de un cliente muy particular que había pasado hoy por su cafetería.

Anahí había tratado de convencer a su amiga de cualquier manera luego de que le diera la loca e irresponsable noticia de que no quería decirle a Christopher que estaba embarazada e hiciera lo contrario.

Ahora ya había oscurecido y estaban los cinco cenando en la casa.

Any al minuto que se había encontrado con Isabel le había caído muy bien. Pues a ambas les caían bien las personas emprendedoras. Justo como lo eran ambas. Aunque Isabel tenía un poco más de azúcar en su vida y Anahí más drama. También Alfonso había congeniado de maravillas con todos y hasta Dulce decía que ya lo quería

-Anahí...- le advirtió con la mirada.

-No es es enserio, quiero que me digan qué opinan para saber si yo soy la que está equivocada y tengo la loca idea de que el decirle a Christopher es realmente algo innecesario-.

-Creo que es un tema que no debe de ponerse en la mesa- dijo cansada por las estrategias de su amiga para hacerla cambiar de opinión.

-¿Qué dicen?- preguntó sin hacerle caso a los comentarios de Dulce.

Un silencio incómodo se prolongó en la mesa.

Hasta que la persona menos esperada se digno a dar su opinión.

-Yo...- empezó Isabel.

-Bel...- la miró Dulce.

-No escúchala por favor- insistió Any.

-¿Por qué haces esto?-.

-Lo hago por tu vida y por la vida de tu hijo y también por el derecho de Christopher. Estas siendo totalmente injusta, inmadura y egoísta ocultándole algo así-.

Dulce no le respondió nada.

-Así que por favor, continúa Isabel-.

Isabel miró a Dulce, como si quisiera pedirle permiso para hablar.

Ella rodó los ojos como si le diera lo mismo, pero en realidad esta situación le enojaba mucho.

-Creo que... en realidad no sé quién es el padre pero si el no sabe, yo creo que merece saberlo. Y tú tienes todo el derecho a pedirle a el ayuda. Es algo de los dos-.

-Si -se aclaró la garganta Hernán- Hemos sido muy comprensivos contigo desde que llegaste y nunca te hemos dicho que debas hacer, te has adaptado a nuestro estilo de vida y has sido una gran ayuda para Isabel. No tengo ni la menor idea de quién es el padre y no te juzgo. Pero en mi opinión, si es alguien cercano a ti, creo que deberías decírselo. Y si a él le da lo mismo tu hasta puedes demandarlo, pero no debes meterte en problemas, porque al fin de cuentas le estás escondiendo un hijo. Te puede salir bien caro en el caso que te denuncie y te lleve a un tribunal-.

¿Un tribunal? ¿Una demanda por ocultar información? ¿Pero qué estaban pensando?

-¿Alguien más quiere comentar de mi vida? ¿Alguien más quiere decirme qué hacer?- preguntó furiosa. Odiaba que le dijeran que hacer, pero nunca se ponían en su lugar. Había sido muy tolerante con dejar que está conversación fluyera.

Claro, porque ellos no tenían el miedo en su interior de tener una persona que por tu culpa no venga bien. Porque ellos no entendían el miedo que tenía si Christopher se enteraba que su hijo estaba mal por la culpa de ella... no tenían ni la más mínima idea de lo que era estar en sus pies.

-Dulce, creo que es una cosa de moral -prosiguió Anahí- Algo de derecho, algo de...-.

-¡Ya! ¿No? ¡Total es mi vida! -le gritó desesperada, tenía ganas de llorar- No les pido que me digan cómo manejar y hacer mis cosas, si no me comprenden me vale-.

Un silencio de remordimiento se sintió en la mesa a continuación. Ni siquiera comían.

Alfonso trataba de encontrar las palabras mediadoras para arreglar todo este complicado asunto, pero no se le ocurrían ningunas.

El timbre fue el salvador de los presentes. Isabel se paró rápidamente y fue a abrirla mientras en la mesa volvían a comer, pero sin decir ninguna palabra.

Se podía escuchar la voz de Isabel a lo lejos, pero no se distinguía lo que estaba diciendo.

De repente empezó a levantar la voz y Hernán, preocupado por quien fuera fue a ver lo que pasaba.

Solo un pasillo muy largo unía a la puerta con el comedor por lo tanto no se podía saber lo que estaba pasando en la entrada. Todos los que estaban en la mesa se quedaron en silencio para escuchar lo mejor que pudieran.

-¡No, tengo que verla!- se escuchó como alguien gritaba.

Dulce botó el tenedor al identificar de quien era esa voz. Esa voz que ahora venía a paso marcado hacia donde estaban ellos comiendo. Agradeció estar de cara hacia la puerta y así podía esconder perfectamente su evidente panza por debajo de la mesa a los ojos de la sorpresiva visita.

Christopher ingresó al comedor con una presencia llena de enojo. Parecía casi desquiciado. Dulce se encogió en el asiento de solo mirarlo.

-¿Por qué mierda me ocultaste que estabas embarazada?- preguntó echando chispas por los ojos.

Vaya, no había tenido ni caso taparse. El ya se había enterado del embarazo.

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Chan😱 el momento ha llegado jejeje

Tengo más capítulos de la nueva novela que estoy haciendo, para que la vayan a ver ❤😍🙌🏼 mientras acá hay drama, haya hay puras peleas y salseo jajaja 😉

Les juro que todo iba bien en mi día hasta que vi ese # ¿Qué es eso? ¡Qué eso eso! Ahhh siempre le agrega más letras, cada vez se hace más grande y lo odio😡

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Les juro que todo iba bien en mi día hasta que vi ese # ¿Qué es eso? ¡Qué eso eso! Ahhh siempre le agrega más letras, cada vez se hace más grande y lo odio😡

Voten y comenten❤😱

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