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Capítulo 15

Dulce negó con la cabeza.

-Si lo estás ¿Cómo llegaste aquí?- preguntó acercándose.

-Llegue aquí porque tenía que ir al baño ¿Y tú?- preguntó separándose de el.

-¿Sabes que este es el baño de hombres cierto?-.

Dulce abrió los ojos -¡No manches! Que oso- y empezó a reír.

-¿Con quién viniste?-.

-Con Any -se sentó en el lavabo- ¿Y tú?-.

-Vine a ver unos negocios. Dulce creo que es mejor que te lleve a tu casa-.

Ella negó con la cabeza -No me voy a ir porque me lo dices Uckermann, no soy una niñita bajo tus órdenes. Me estoy divirtiendo y no tienes nada de qué preocuparte conmigo-.

-Claro que si tengo, mira como estas- le apuntó.

-Lo dices porque no me conoces nada- negó con la cabeza- Hablar contigo me está arruinando la noche. Con permiso- y fue caminando hacia afuera.

Christopher la tomó por el brazo -No quiero que te pase algo- admitió preocupado.

-¿Y qué me va a pasar? Mira dónde estamos Lucas, en uno de los lugares más caros del mundo. Ahora suéltame y anda con tu Anita la Huerfanita-.

-Me llamó Christopher- la corrigió.

-Ah mira que si me confundo es culpa tuya-.

Christopher no pudo evitar reír. Sí que la había extrañado, se había olvidado de su bipolaridad cuando tomaba más de la cuenta -No me hagas llevarte a rastras-.

-No te voy a obligar a nada porque yo me quedo aquí- y zapateo el suelo con su tacón.

En ese momento entra una persona al lavabo. Christopher se dio vuelta a ver quién era.

-¡Demonios!- susurró.

-¡Demonios!- le copió Dulce con el mismo tono de voz.

-Dulce debemos irnos, no quiero que corran rumores y aquí la gente es muy chismosa. Pueden pensar cualquier cosa si nos ven acá juntos- le explicó.

-Entonces adiós. Nadie te dijo que te quedaras-.

-Dulce este es el baño de hombres-.

-Ups, entonces me voy yo antes de que dañe tu hermosa imagen de hombre correcto y exitoso -le arregló la corbata- Que te ven conmigo y ya sabes el lío que se se arma- lo picó con rabia.

El no la siguió y ella volvió a la mesa como si nada hubiera pasado.

-Amiga ¿A donde fuiste?- comentó Any, que no estaba borracha, pero si embobada ante Tomás por lo que poco se preocupaba de su amiga.

Dulce rió y se sentó tratando de verse normal.

-En el baño- le contestó.

Esteban le puso otro trago en su mano.

-No gracias- sonrío Dulce déjandolo en la mesa.

-¿Estas segura?-.

-Si, creo que ya he llegado a mi límite-.

-¿Y luego qué? ¿Vas a empezar a ver doble?-.

Dulce rió -No, pero no quiero ponerme a bailar o a hacer una ridiculez que seguramente me arrepentiré mañana- respondió tratando de sonar muy normal.

-Bueno, pues la vida es una sola ¿No?-.

-¿Me estas obligando a aceptar otro trago?- preguntó graciosa.