Capítulo 17

662 78 17
                                    

Llegó al restaurante, más bien a la picada. De esas de las que hay pocas mesas y de a dos, manteles a cuadros y paredes de color chillones con sillas de madera baratas. Ella solo había ido una vez en su vida y no le había gustado mucho. Pero lo había elegido por una razón muy particular.

Hubiera pagado por verlo así. Sentado con su traje azul marino entre trabajadores de obras. No se le veía incómodo, es más, estaba muy concentrado mirando una mancha en el suelo. Pero si que resaltaba. Como un león en el mar. Se rió un poco y luego se acercó hacia la mesa en la que estaba.

-Hola- sonrío Dulce sentándose en el puesto de adelante suyo.

-Hola ¿Te gusta esta mesa?-.

-Si... esta bien. Hay que pedir los tacos en la mesa de allá así que tú vas primero y luego yo ¿Te parece?-.

Quince minutos después los dos ya tenían sus tacos y Christopher que había esperado a Dulce para comerse el suyo, le dio un gran mordisco que hizo que se chorreara la salsa por su blanca camisa.

-Mierda- susurró tratando de limpiarse, pero lo único que hizo fue agrandar más la mancha.

Dulce lo miró de manera divertida -Creo que la camisa ya está muerta Christopher, esas manchas no salen-.

-Me gustaba esta camisa-.

-No sabía que tenías relaciones sentimentales con tus camisas -bromeó- Seguramente tienes otras en tu armario que te vestirán como esa- lo consoló.

Christopher la miró con una sonrisa pequeña -Se que de alguna manera es un insulto-.

-No te equivocas -le guiñó el ojo- ¿Y de qué querías hablarme?- preguntó dándole un mordisco a su taco vegetariano de manera profesional, sin derramar nada.

Christopher suspiró -¿No te acuerdas de  la pelea que tuvimos?-.

Dulce negó con la cabeza -Ya sabes que no me acuerdo de nada- contestó con la boca llena.

-¿Entonces no te acuerdas que nos acostamos?-.

Dulce se atoró con su comida y tuvo que tomar de su gaseosa. Se había puesto roja.

-¿Qué?- preguntó atónita tratando de ver si en algún momento de la noche había pasado eso, era imposible que no se acordara de algo. Nunca se había olvidado de nada en ninguna de sus borracheras.

-En mi auto, fue caliente y rápido. Pero tú fuiste la que empezó todo, porque yo estaba tomado y mi chofer nos llevaba en el auto, además no use protección. De hecho por eso quise hablarte ¿Tomaste la pastilla del día después?-.

Ella lo miró con los ojos desorbitados -No digas mentiras Christopher, solo nos besamos, ni siquiera había chofer-.

Y así el pez murió por la boca.

El lanzó una carcajada explosiva y Dulce se quiso enterrar ella misma en la tierra por autodestapar su mentira.

-Así que te acuerdas-.

Ella solo miró su taco con vergüenza.

-Dulce, se te olvida que te conozco. Nos emborrachamos algunas veces cuando estábamos juntos y yo cada vez que la cajeteaba haciendo alguna estupidez tú me la recordabas al día siguiente diciendo que nunca se te había olvidado nada por el alcohol, nunca. A veces me subestimas-.

-¿Por eso me hiciste venir hacia acá?- preguntó furiosa.

-No, es cierto que quería hablarte de lo de ayer -la tranquilizó- Pero como te acuerdas creo que no es necesario que te haga una charla introductoria ¿No es así?-.

Dejarte AtrásWhere stories live. Discover now