Capítulo 44

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Dulce cerró de un portazo la puerta asustando a Any y Alfonso que estaban cenando. Sus pasos ya eran pesados y caminaba como pato porque era de la única manera que le acomodaba. Sentía los pies hinchados, le dolía la espalda y sentía como el bebé se movía dentro suyo como loco.

-Parece que alguien ha tenido una buena tarde- bromeó Any.

Dulce tiró la cartera al sillón y se trató de sentar como pudo.

-Lo odio-.

-¿A quién?- preguntó graciosa su mejor amiga.

Dulce la fulminó con la mirada -¿A quién crees?-.

-¿Tú Dulce María reina de las flores y el amor realmente estás odiando a una persona?-.

-Es que se pasa-.

Anahí se encogió de hombros -Que quieres que te diga, sabes que estás totalmente en lo cierto-.

Habían tenido esta conversación miles de veces.

Cada vez que Christopher salía con Dulce ella llegaba con la misma actitud. Enojada, enrabiada y con impotencia. Y no habían sido pocas veces, últimamente Christopher le pedía que salieran para todo, pero tampoco era porque quería pasar tiempo con ella, como ya se veía venir el bebé estaban más atareados que nunca.

Cuando salían de compras Dulce le daba su opinión en todo y Christopher simplemente elegía lo que a él le parecía, sin importarle lo que pensara ella, con el pretexto que no sabía lo que era mejor para su hijo. Imbécil.

Por lo menos había aceptado su decisión de que fuera sorpresa el sexo del bebé.

Ahora acababan de ir a comprar la cuna tortuosamente pasando por 6 tiendas para quedarse con la cuna de la primera -la cual Dulce había dicho que quería, pero Christopher se la había negado-. Y aunque no había sido tanta caminata, para una embarazada de casi ocho meses eran como 50 kilómetros.

Además Christopher refunfuñaba cada vez que pedía ir al baño. Era un irritable. Lejos le ganaba a muchos de insportable.

-¡Pero parece él el embarazado con ese humor de mierda! Y me lo tengo que está aguantando cuando yo debería estar alegando y refunfuñando por cada cosa- criticó.

Alfonso negó con la cabeza -No podrías ni aunque quisieras ser una embarazada insoportable-.

-¿Te le estás insinuando?- preguntó Anahí con la boca abierta.

-Siempre aciertas- bromeó Alfonso guiñándole un ojo.

Ya hacia tiempo que estos tres se habían agarrado bastante confianza y siempre bromeaban entre ellos.

Dulce rió y se sacó los zapatos -¿Me quieren traer comida? No tengo pies para moverme y tampoco ánimos-.

Any y Alfonso se levantaron trasladando su cena hacia el sofá, trayendo también el plato de Dulce.

-Gracias, son un amor- dijo comiendo una albóndiga de lentejas.

-¿Cuando lo vas a volver a ver?- preguntó Anahí cruzándose de pies.

-Solo espero que nunca- rodó los ojos.

Pero aún así no podía evitar que el corazón le latiera rápido cuando estaban juntos.


-¡Dulce te llaman!- gritó Any desde su pieza.

-¡Ya voy!- respondió tratando de pararse de su cama. Estaba leyendo uno de los tantos libros que le había comprado Christopher de cómo cuidar al bebé.

Su celular estaba en la cocina y llegó justo antes de que el otro lado colgara.

-¿Aló?- respondió.

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