Capítulo 8

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Dulce estaba anotando las cosas que debían de comprar casi con furia. Se sentía herida por dentro, pero eso solo despertaba un enojo exterior.

Le dolía volver a verlo. Si fuera por ella se hubiera cambiado de casa, de Ciudad, su nombre y se hubiera ido a vivir a la China para que no la encontrará. Pero no, tenía un negocio que empezaba a ser estable por el matrimonio de Ana y Christopher ¡Qué bizarro!

Anahí estaba cortándole el pelo a una clienta viendo a Dulce de reojo. Había llegado demasiado alterada el día de ayer de su junta con Christopher. Había vociferado que lo odiaba, que era lo peor, un mentiroso, un odioso, un cobarde. Todavia no le había dicho que era lo que habían conversado. Pero no debía de haber acabado en nada bueno.

De repente se abrió la puerta de la peluquería.

-¿Dulce María Espinosa?- preguntó la persona. Tenía un uniforme de una empresa de mensajería.

-Soy yo- levantó la vista.

-Está es una entrega para ti- se acercó a ella con una caja.

-No pedimos nada de productos todavía-.

-No sé. Yo solo entregó los recados- se encogió de hombros y le dio el paquete.

-Pero no tengo dinero para darte- dijo tratando de rechazarlo.

-Ya está todo pagado y tuve instrucciones de pasárselo si o si. Se lo dejaré aqui- y salió sin más.

Dulce se quedó unos segundos perpleja -¿No será una bomba?-.

La clienta y Anahí gritaron.

-¡Dulce no mames! -dijo Anahí asustada tapándose con la tijera- Que casi le corto un mechón entero a Cloti-.

-¿Entonces que será?- preguntó mirándolo.

-¿Tiene remitente?-.

Dulce buscó por los lados y negó con la cabeza al ver que no tenía ningún nombre de persona -Solo dice Casillas Corp-.

Anahí quedó con la boca abierta no sabía si decirle a su amiga o no.

-La voy a abrir para ver de que se trata-.

-Dulce.. yo no... es que es de...- pero Dulce ya había abierto la caja. Ahora solo quedaba esperar que no tuviera un ataque de furia.

-¿Qué es esto?- preguntó.

Anahí se acercó a su lado -¿Qué es?-.

-Son productos veganos. Pero esos carísimos que no puedo costear- dijo sacando paquetes y paquetes de la caja.

Sacó una tarjeta del fondo de la caja.

-"Decidí hacer un aporte a tu vida. Christopher Von Uckermann"- leyó de la nota.

-Uy- susurró Anahí.

Dulce miró la caja de nuevo -¿Casillas Corp?-.

-Es la empresa de Christopher Von Uckermann -respondió Any- Tiene el apellido de su padre y Uckermann es el apellido de su madre-.

-¿Y por qué me manda este regalo?- le preguntó a su amiga.

-No tengo la respuesta. Estoy igual de confundida que tu- se encogió de hombros.

Dulce había dejado el regalo en la peluquería. No quería ir a devolvérselo pero tampoco quería ocuparlo. Así que los dejaría ahi mientras decidía que hacer con el.

A la mañana siguiente Dulce estaba tiñiendo el pelo cuando el mismo hombre del día de ayer entró por la puerta.

-Hola, tengo otra entrega- sonrió avergonzado con una maceta con un girasol.

-¡No espera llévatelo por favor!- pidió.

Pero el rápidamente salió del local y se fue en su auto.

Dulce suspiró enfurecida y Any se acercó y levantó la maceta.

-"Supuse que no ibas a aceptar un ramo de flores. Y te traigo esta flor para que salga el sol cada mañana y siempre te siga. Ten un Buen Día. Christopher Von Uckermann"- leyó Any.

¿Cuál era el propósito de mandarle estas cosas?

-¿Christopher Von Uckermann?- preguntó la persona que estaba atendiendo Dulce apuntando a la revista que estaba leyendo. Donde aparecía Christopher.

Any asintió -Es que peinaremos a su esposa en su matrimonio-.

-¡No!- dijo con cara de sorpresa.

-Si, pero el señor no tiene porque dejarnos regalos. Any por favor deja el regalo al lado de la comida-.

-¿La vas a dejar morir?-.

-No, pero no me la voy a llevar si es lo que piensas-.

-Creo que quedaría muy bien en el balcón junto a la silla de metal. Combinaría con el tapiz amarillo- comentó.

-No tendré nada dentro de mi casa que el me regale- dijo decidida.

Anahí no dijo más al ver la cara de su amiga.

Al día siguiente Dulce estaba arreglando las cosas en la sala de depilación cuando sintió que la puerta se abría. Segundos después Any entró a la pieza con un poco de nerviosismo.

-¿Quién es Any?- preguntó Dulce.

-Era el mismo mensajero de ayer-.

Dulce se tensó -¿Y qué trajo ahora?-.

-Es un sobre pequeño. Quizás sea dinero- le pasó un sobre blanco pequeño.

Dulce lo abrió casi con violencia. Era algo pequeño y cuadrado. Dul al principio no entendió lo que era. Pero luego un vano recuerdo llegó a su mente. Algo que la hizo descomponerse por completo.

-¿Qué es Dul?- preguntó preocupada su amiga al ver la expresión descompuesta de su amiga.

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