Sorpresa - Capítulo 37

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Dulce despertó de madrugada nuevamente, pero no era que no pudiera dormir ni que tuviera pesadillas. De hecho últimamente tenía más sueño que nunca. Pero las náuseas eran lo que hacia que corriera hacia el baño.

Devolvió todo lo de la cena anterior y luego se lavó los dientes cansada. Ya no tenía caso dormir, siempre le daba un hambre atroz que no le dejaba cerrar los ojos. Luego quizás alcanzaría a dormir una media hora como mucho, si es que no vomitaba de nuevo.

Ya llevaba un mes ahí y le había dicho a Any que volvería en dos semanas más o menos. Daba su falta de sueño y náuseas a que su cuerpo le decía que volviera a trabajar en su peluquería, que volviera a su vida en la capital.

Por las noches, antes de quedarse dormida, se aferraba al último momento que había estado con Christopher, era el único momento en el que dejaba que entrara a su cabeza. Any seguía diciéndole que la iba a buscar casi que todos los días para preguntarle donde estaba y ella había estado a punto de decirle que le dijera la verdad la última vez que que le dijo, pero se contuvo. El recuerdo de Ana y la culpa siempre se asomaban en su cabeza.

Su amiga le dijo que Ana y Chris no se habían casado y ella también lo corroboró comprando la revista en la cual ella había aparecido el mes pasado.

"El matrimonio del año se ha cancelado. Christopher Von Uckermann y Ana Serradilla oficialmente rompieron su compromiso ¿Ya no existen los finales felices?"

Y adentro habían páginas completas hablando del problema. Mostraban una línea de tiempo con toda su historia de amor y mostrando a Dulce como culpable del terrible desenlace. Opiniones de cercanos, amigos y familiares. Y por último unas comparaciones entre la espectacular Ana y la pobretona peluquera Duce María. Una mierda.

¿Cómo actuarían los periodistas si ella volvía con Christopher? Se la comerían viva y a el también. Prefería dejar las cosas como estaban.

-¿Asaltando la cocina?- preguntó Hernán al verla.

Dulce se asustó y casi bota el vaso con miel que estaba tomando -Me asustaste ¿Qué haces despierto a esta hora?-.

-Isabel- explicó buscando algo en la caja de remedios.

-¿Se siente bien?- preguntó preocupada.

-Los cólicos son una mierda para ella y ahora no puede dormir del dolor. En realidad no entiendo de eso pero quiero que se sienta mejor ¿Sabes que otra cosa le puedo dar?-.

Dulce pensó en las cosas que tomaba cuando le llegaba la menstruación. De repente abrió los ojos ¿Desde cuando no le llegaba?

Empezó a contar con los dedos preocupada. Ya nisiquiera se acordaba de la última vez que había tenido su período...

-¿Dulce?- preguntó su primo al ver que no respondía.

-Un guatero estaría bien -contestó- Perdón- y se paró de la mesa sin explicación para irse a su pieza corriendo.

Se sentó en la cama y empezó a contar los días de una manera más tranquila. No le bajaba hace casi un mes y medio y ella nunca ¡Nunca! Tuvo un retraso en su vida, por eso era tan fácil calcular los días fértiles.

Christopher y ella nunca habían usado protección, porque nunca acostumbraron a hacerlo. Pero en el momento que se encontraron ella no contaba cuales eran sus días o los que no... y la pastilla que le había dado la tía de Christopher todavía estaba en la mesa de la cocina. Y también había podido ser el día de la despedida. Menudo gran detalle el del condón.

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