¿Será?

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Dulce estaba paseando por los basurales concentrada en lo suyo. Buscando algo que les sirviera. Un destello la asombro de repente ¿Sería una olla? Rápidamente corrió hacia ella como si se le perdiera si se demoraba mucho en encontrarla.

La levantó y no podía creer en el buen estado que estaba. Solo tenía el mango roto, pero eso rápidamente se arreglaba con...

-¡Dulce! ¡Dulce! -sintió que la llamaban, asustándola.

-¡Estoy aquí!- gritó.

Lucas apareció por la esquina derecha con algo en la mano, se veía feliz y corrió hacia ella.

-¡Mira lo que tengo! ¡Un juguete para nuestro pequeño!- y levantó un trencito demasiado bonito.

Dulce le bajó la mano -No grites bobo que alguien te puede escuchar, te dije que solo era un retraso- dijo mirando hacia los lados. No quería que sus amigos se enteraran hasta que no estuviera confirmado.

Se supone que le debería haber llegado hace cuatro días, pero todavía no le bajaba. Dulce y Lucas eran muy cuidadosos respecto al tema de los días fértiles. Maite le había enseñado a Dulce a conocer su cuerpo y poder distinguir los días en los que uno tiene más posibilidades de quedar embarazada y no tenían relaciones esos días. Pero hace dos semanas la pasión había sido demasiada entre los dos y se habían olvidado de ese pequeño importante detalle. Y ahora que había una posibilidad de que Dulce estuviera embarazada era bastante probable... ella se había puesto visiblemente nerviosa.

Pero cuando le contó a Lucas acerca de su retraso esa mañana el solo se pudo mostrar feliz y extasiado frente a la inesperada situación. Tanto que había buscado entre los montones de escombros algo para su quizás próximo bebé.

-¿Y qué importa?- preguntó con una sonrisa que se había pegado en su cara desde que se había enterado de la noticia.

-Que todavía no es seguro-.

-¿Y si si? -le puso el trencito en su estómago- ¿Te imaginas con una panza que no te deje verte a los pies?-.

Dulce mostró una sonrisa tímida, no, no se lo había imaginado nunca, pero si a Lucas le daba tanto amor que ella fuera madre... quizás podría empezar a pensarlo -Quizás... si es tuyo solamente-.

-Ah ¿Es que me engañas con Andrés?-.

-¿Andrés?-.

-El que viene una vez al mes- bromeó.

Dulce lanzó una risa ruidosa -Eres un estúpido- y lo empujó suavemente.

-Pero solo tuyo- le agarró la cintura y la atrajó hacia si.

-Solo mio- sonrió atrapándolo por el cuello.

-Y de este pequeño- le tocó su estómago plano.

-Tampoco te hagas ilusiones, todavía no estamos seguros- le advirtió.

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