¿Y ahora que más pasará?

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Cuatro años después...

Zayn

Mire como mi hijo Gael miraba la televisión junto a Wyla, mientras que yo tomaba jugo de naranja junto a Lara; me vine de visita por una semana solo para ver a mi hijo Gael ya que ya habían pasado cuatro años y él no ha vuelto a casa conmigo y con Haz, pues aún no era seguro para él.

Lara - ¿Crees que encuentren a Austin? - Baje la mirada con tristeza.

Zayn - No lo sé Lara, yo realmente espero que mi hijo siga vivo... - Las lágrimas se reunieron en mis ojos - Él... - Suspire - Hoy cumple nueve años - Hice una mueca - Y él me dijo que quería una fiesta enorme junto a Wyla, recuerdo bien que él ya ansiaba sus nueve años para que por fin pudiera entrar a un equipo de fútbol americano.

Lara - Pobre Austin - Bajo la mirada - ¿Y como esta Haz? - Bufé.

Zayn - Ella no descansa en absoluto Lara, cada mañana hasta que dan las cuatro de la mañana sigue buscando a Austin y nada... No hay señales de él en ninguna parte.

Lara - ¿Qué dice el padre de Haz?

Zayn - Él esta peor de loco... Amenaza con hacernos daño pero me impresiona la valentía de Haz, ella a pesar de todo sigue saliendo para buscar a Austin.

Lara - La entiendo, eso mismo haría si fuera mi hija la que estuviera secuestrada - Suspire.

Zayn - Al menos nuestra hija esta bien - Sonreí - Ya tiene doce años, aunque si la noto triste.

Lara - Pues claro, echa de menos a Austin - En ese momento veo a Haz salir de la habitación muy cansada, se le notaban unas grandes ojeras, se veía bastante mal pero no dije nada, entendía el porque de su apariencia.

Zayn - Amor, ¿te sirvo?

Hazel - Por favor - Dijo con tristeza, me levanté y comencé a servirle el desayuno.

Austin

Me mire al espejo y mire el moretón que tenía en el ojo, aquel imbécil de anoche me había golpeado tanto que me dejo tantos moretones en el cuerpo pero yo aún así fui fuerte para evitar que me violaran... He vivido cuatro años de mi vida tratando de evitar que un idiota me meta su banana en mi, lo cual trae consecuencias porque aquella mujer gorda me termina golpeando con el cinturón o una pala que me hace perder la consciencia. Pero hasta ahora he podido evitar que me toquen, he podido evitar que me droguen, incluso me hago estúpido cada que me piden que viole a un niño menor que yo... Lo que si no pude evitar fue el violar a una niña de mi edad y hasta la fecha no he parado de tener pesadillas de ese momento. He recibido quemaduras de cigarros, he recibido golpes, he recibido escupitajos y entre otras cosas pero hasta ahora he sobrevivido y eso esta bien. Vivo un infierno y sé que mi familia no hará nada para evitarlo, ya ni siquiera recuerdo los rostros de mis padres, ni mucho menos el de mi hermana y hermano, solo recuerdo que fui amado, y ese amor fue lo que más sufrí perder, si tan solo no me hubiera escapado, nada de esto estaría pasando.

Estaba encadenado una vez más de mis tobillos, de mis muñecas y de mi cuello, miraba el plato de comida que tenía en frente de mi, solo era un bolillo duro y al lado un vaso de leche echado a perder, estaba claro que no comería nada de esto. Baje la mirada a mi cuerpo y solo veía puro hueso, era un esqueleto, hasta recuerdo mi reflejo en el espejo, parecía un completo zombie... sí, así mero como en las películas. Estaba acabado y realmente esperaba poder morir de una vez porque ya no le veía ningún sentido a la vida, ya no tenía nada que aquellos pudieran quitarme, estaba solo.

No sé en que momento me quede dormido pero aquel ruido que se escuchaba me despertó, pude escuchar el grito de todos los niños que estaban aquí, incluso los gritos de mujeres y hombres maldiciendo. Tenía miedo, así que solo guarde silencio... Me sobre salte cuando escuche disparos, en ese momento me di cuenta que necesitaba liberarme para poder escapar.

Jale con fuerza las cadenas pero estas no cedían, estaban muy pegadas a la pared y yo en mi estado no tenía suficiente fuerza como para quitarme esto de encima. Pero entonces la puerta se abrió y me dejo ver a un hombre armado, este no era ningún policía, lo sé por su forma de vestir y su cara de loco. Me arrime a una esquina y me le quede viendo, esperando a que este me apuntara y me matara de un balazo, pero eso no paso... Este le disparo a las cadenas, algunas se zafaron pero fue suficiente para sacarme de ahí.

Al estar afuera mire a mi alrededor, me asuste demasiado al ver a niños y a gente grande tirados en el piso y... muertos. Al estar afuera del edificio me subieron a una camioneta junto a otros niños que estaban llorando y temblando del miedo. Me acerque a Elias que era un amigo para mi desde que él llego a mi vida cuando tenía solo siete años.

Austin - ¿Qué fue lo que paso? - Pregunte en un susurro.

Elias - No lo sé, estos tipos entraron de repente y lo agradezco porque la señora me estaba obligando a violar a un nuevo niño.

Austin - ¿Y que paso con el niño? - Bajo la mirada.

Elias - Salio corriendo cuando entraron y la señora saco una pistola y lo mato - Baje la mirada y guarde silencio, no quería hablar de muerte con Elias, era algo nuevo que veía en toda mi vida y sinceramente era algo horrible.

Austin - Saldremos de esta, lo sé.

Elias - No lo sé Austin, yo ya perdí las esperanzas - Bufó y yo solo hice una mueca. ¿Será que ya no había oportunidad para nosotros?

De pronto una camioneta negra detuvo el auto en donde estábamos, un hombre bajo y note que era alguien ya muy grande, pues tenía todo el cabello cubierto de canas y con demasiadas arrugas en el rostro.

*** - ¿Han capturado a todos?

*** - Algunos murieron señor.

*** - Más les vale que no se haya muerto el niño que quiero - Dijo para luego subir al auto y vernos a todos - ¿Quién de todos ustedes se llama Austin? - Mi cuerpo se tensó al escuchar mi nombre. Elias se me quedo viendo he hizo la señal de que guardar silencio, a estas alturas todos nosotros ya habíamos aprendido a no confiar en nadie - ¿Acaso les arrancaron la lengua? - Trague saliva en cuanto el hombre se me quedo viendo, como si algo en mi le resultará familiar - Tú - Me señaló - Levántate y di tu nombre.

Esta bien... esta vez no iba a ser un cobarde, ¿pues que más quedaba? ya cuatro años de mi vida tratando de salir vivo de estas cosas para volver a casa y aquí estoy, con un hombre queriendo saber mi nombre pero ahora me daba cuenta de que yo ya no volvería a casa, así que... ¿qué más me quedaba?

Me levanté de mi lugar y lo mire directo a los ojos. No iba a tener miedo, fuera lo que fuera podría cuidar por mi mismo y es algo que ya se me había hecho costumbre.

Austin - Sí señor, yo me llamo Austin.

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