XVI [parte II]

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—¿Qué fue lo que realmente ocurrió? Bueno, exactamente lo que dices tú, tienes un orden cronológico muy bueno de los hechos— dijo mientras se acomodaba la mochila al hombro

—Oh, vamos... ¿Dónde queda tu honestidad?

—No estoy mintiendo, ricitos, así fue

—¿Sólo así? ¿Sin causa aparente?

—¿Quieres los detalles?

—No me molestaría que satisficieras mi ocio

—Puedo satisfacerte de otras maneras, y no tengo ningún problema con hacerlo con la lengua

—Mantén tu lengua en su lugar Joseph si no quieres mordértela cuando te rompa la bocaza— Joe se carcajeó con ganas mientras Brooke lo reprobaba con la mirada

—Bien, bien...— Joe no podía dejar de reír cuando dieron vuelta en Chapel— es una historia algo enredada— hizo una mueca

—Entonces... debo suponer que no me la contarás hoy

—Puedo, si quieres, pero para ello tendrás que faltar a tus clases y alimentarme— alzó un dedo para callarla cuando vio sus intenciones de reclamar— porque podré estar jugando contigo, cariño, pero el contrato no decía nada de entretenerme todo el día ni de no atender mis necesidades en el caso

—¿Tan terrible es? — a Joe se le revolvió el estómago

—¿Terrible? Bueno... es una manera de describirla, sí— hizo una mueca

—Me refería a... a...

—No intentes buscarle título, cariño, créeme, no lo vas a encontrar, yo no pude

—Puede que...

—No importa, prometo guardar tu pregunta para cuando haya más tiempo

—Bueno... uno nunca sabe cuándo tendrás tiempo

—Si quieres, y tienes las influencias suficientes, puedes solicitar mi confesión al departamento de policía— la miró por el rabillo del ojo

—¿Por quién me tomas?

—Por alguien que muere por saber que me ocurrió

—Eso no es cierto

—No eres muy diferente a lo demás, ricitos— le dijo, ligeramente dolido— todos quieren eso, saciar su ocio y su fisgoneo, saber que le paso al pobre Joseph Jonas esa noche y la razón por la cual sigue vivo y su padre no— imitó una voz apasionada

—Oh vamos, deja de ser tan dramático

—Puedo dejar de ser dramático, pero es la verdad

Llegaron a la esquina con High e inmediatamente divisaron el café, la fachada café y la puerta de vidrio, Joe la abrió y le dio el paso a Brooke, ella entrecerró los ojos y el los alzó al cielo, cuando pasó frente a él Joseph no pudo evitar mirarle el bonito trasero enfundado en los jeans y las contorneadas piernas.

Se acercaron al mostrador y Joe sacó el teléfono, tenía varios mensajes de Elliot y algunos otros de Nick, seis llamadas perdidas y una notificación de Facebook. Abrió sus mensajes uno a uno.

Elliot P.

¿Dónde estás?

¿Nick ya paso por ti?

¿Es cierto que no tuvieron clase con Perkins?

Nick.

¿Dónde estás?

20 preguntas [J.Jonas]Where stories live. Discover now