XLIII

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La morena río con suavidad, golpeando ligeramente el brazo de Elliot, estaban todos sentados en la mesa, acababan de cenar y Joe no podía estar más rebosante de felicidad, se sentí ligero.

Sam limpió su boca con la servilleta y se inclinó a susurrarle algo a Vicky en el oído, la chica ya estaba un poco chapeada y río, boba, cuando él comenzó a hacer sus chistes malos, Jason bromeaba con Elliot y Brooke, y Joe simplemente se dedicaba a escuchar y hacer alguno que otro comentario.

—No quiero irme— dijo Jason

—¿A qué hora salimos?

—El vuelo es a las diez, pero hay que estar a las siete para poder documentar— respondió Elliot, quien parecía de mejor humor desde hacía unas horas y había decidido salir de su escondite sin pena, lavándose la cara y alzando la barbilla

—Nadie está tres horas antes— dijo Joe con los ojos en blanco

—No, pero al menos dos sí y no pienso repetirlo— amenazó

—Genial— susurró Sam

La morena bostezó y se recargó sobre el hombro de Joe, el chico se petrificó y Jason lo notó, soltó una risita y todos los miraron disimuladamente, ambos sabían que estaban siendo observados, pero lo ignoraron olímpicamente como en la playa días atrás.

Joe pasó una mano por su mejilla, acariciándole la mejilla con el pulgar y recargando la suya contra su coronilla, ladeó ligeramente la cara y le plantó un beso en el cabello, Elliot sonreía mirando hacia otro lado, Vicky y Sam sin saber qué hacer, comenzaron a platicar acerca de la mesa redonda en la que Sam había participado y Jason se escondió en el teléfono. ¿Qué se hacía cuando Jonas el mujeriego patán besaba a una chica tiernamente con quien llevaba semanas retozando y flirteando frente a todos? Ni sus amigos y probablemente nadie tenía la respuesta.

La chica sabía lo peligro del terreno en el que se estaba metiendo, pero en esos momentos le importaba muy poco: el beso que le había dado frente a Bryce había despertado algo en su estómago y sentía la entrepierna latiendo, con ganas de Joseph, sentía las manos sudando y necesitaba aliviar la presión de su vientre bajo o iba a terminar desnudando a Joe en pleno bar.

—¿Estás cansada? — la chica asintió dos veces y Joe suspiró— Elliot, te dejo mi llave para cuando quieras subir— comenzó a rebuscar en sus bolsillos— voy a llevar a Brooke a dormir y...

—No, está bien— lo detuvo, mirando a la pareja y alzando una mano— dormiré con Jason ¿cierto, Jase? — el aludido frunció el ceño

—¿Conmigo? — preguntó un poco incrédulo— ¿Por qué conmigo?

—Porque eres el único sin alguien para dormir hoy— le susurró inclinándose un poco y sonriendo con malicia, el castaño miró a las parejas y resopló

—Estupendo, vengo a Miami a buscar sol, arena, alcohol y chicas y consigo a mi amigo gay en una habitación de hotel— refunfuñó, Joe río con ligereza y Sam rodó los ojos

—Venga, sé que puedes compartir cama conmigo, seguro hasta te gusta— se insinuó Elliot con voz ronca

—¡Imbécil! — se carcajeó Jason

—Sigan peleando— Joe le dio unas palmaditas a la chica en el muslo y ella se desperezó, se sentó correctamente y estiró los brazos— nosotros nos vamos, nos vemos mañana temprano para desayunar

—Buenas noches, chicos— murmuró ella, pasando a besar las mejillas de cada uno e intercambiando un abrazo pequeño y una mirada cómplice con Vicky

20 preguntas [J.Jonas]Where stories live. Discover now