LXXV

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—¿Es todo? — pregunté mirando la hoja que Julia me entregó

—Sí— asintió— deben de estar en alguna gaveta, no son importantes así que dudo que estén bajo llave o algo parecido

—De acuerdo— murmuré al tiempo que abría la puerta del auto y bajaba con cuidado

La ciudad estaba helada, que pronto cayera nieve no me sorprendería, en las oficinas de Ian se acostumbraron a verme entrar y salir, preguntar cómo estaba mi padre y mentir sobre su estado ya era rutina. Su secretaria ya ni siquiera se preocupaba por prestarme las llaves, me había dado unas propias.

Saqué todos los papeles que Julia me indicó en el pequeño rectángulo que me había dado, Daniel estaba completando la transferencia de la propiedad, a esas alturas ya me daba igual lo que pudiera pasar con la maldita empresa, ya muchas cosas me daban igual.

Me despedí después de salir y bajé por las escaleras al verme ligeramente exasperada por esperar el elevador, salí a la calle. Iba acomodando los papeles en mis manos cuando una vocecita me hizo alzar la cara.

—¿Brooke? — miré a un lado y sonreí lo mejor que pude

—Sophie, hola— me acerqué a ella, la rubia besó mi mejilla sonoramente y me pasó una mano por el brazo

—¿Cómo estás? — venía vestida con un bonito abrigo color canela y una bufanda más clara, su cara amable me hacía sentir en una extraña confianza

—Bien... creo ¿tú?

—Bien— sonrió, miré su vientre

—¿Qué haces por aquí? — miré alrededor sin poder evitar buscar a Kevin, ella sonrió de nuevo

—Estaba esperando a Kevin, está saliendo de una junta— sonreí forzadamente, sabía que sus juntas eran para discutir la demanda de Daniel principalmente

—Ya— asentí apretando los papeles con fuerza

—¿Estás sola?

—¿Yo? — alcé las cejas, estaba más sola que un perro y admitirlo me hacía sentir pésimo

—Eeeh... sí— apreté un poco más el folder— vine a... a las oficinas de papá

—Oh, sí, Kevin me mencionó que estaban por aquí— respondió con más entusiasmo que yo

—Sí...— fruncí el cejo y removí un poco los pies mirando el edificio del que acaba de salir

—¿Estás mejor? — me sonrió de lado y yo asentí, sabía a lo que se refería

—Sí, mejoré— solté una risita que logré disimular

—¿Andas por aquí muy seguido? — soltó de pronto

—Eeeeh... no realmente, vengo ocasionalmente

—¡Deberías buscarme cuando vengas! — exclamó emocionada y sacó las manos de los bolsillos para juntarlas sobre su pecho, en señal de súplica, asentí silenciosamente—no hago mucho estos últimos días— no pude evitar reír— procuro no desgastarme más de la cuenta— suspiró— trabajo desde casa y tengo varios proyectos que revisar, un par de mano extra no me vendrían mal— me guiñó un ojo

—Seguro— asentí de nuevo con poco entusiasmo, no podía que decirle que no a la rubiecita más adorable de New York

—O podemos ir por un té... o a desayunar— dio un saltito emocionada y yo alcé las cejas divertida

—Sería muy agradable— concedí jugando con mis pies, la gente pasaba junto a nosotras y otros salían de los edificios para mezclarse en la calle, el aire seguía recio

20 preguntas [J.Jonas]Where stories live. Discover now