LXXVIII [parte I]

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Llegué llorando histéricamente a la casa, las lágrimas se congelaban en mis mejillas y las ganas de gritar me tenían fuera de control, aventé la puerta y me quedé quieta mirando la estancia desde mi lugar. Me superaba.

Me deslicé lentamente sobre la madera de la puerta, tapando mi boca con la mano y ahogando así mi lloriqueo, para sentarme en el piso y jalar aire con fuerza, me deshice de la chaqueta de Nick y la aventé furiosamente contra la mesita postrada en la entrada, abracé mis rodillas y esnifé.

—¿Brooke? — preguntó suavemente una voz

—¿Qué quieres? — murmuré aun llorando

—¿Qué ha ocurrido?

—No puedo... no puedo...— hipé alzando la cara

Julia me sonrió con pena, sabía que daba pena y con toda la razón del mundo. Se acercó lentamente a mí y miró la chaqueta que reposaba en el piso, la alzó y la colgó el perchero, dejó la taza que llevaba en las manos en la mesa y se agachó de cuclillas frente a mí.

—¿En dónde has estado?

—No juegues así conmigo— la fulminé con la mirada, ella asintió

—¿Qué pasó?

—¡¿Qué pasó?! ¡Mierda, Julia! Todo se está viniendo abajo

—No, Brooke, tú eres quien se esta viniendo abajo— solté un chillido y volví a abrazar mis piernas

—No puedo hacer esto, Julia... no puedo

Solté un quejido y gemí, escuché como ella se movía y suspiraba. Al poco tiempo sentí como su brazo pasaba sobre mis hombros y me jalaba. Alcé la vista y recargué la cabeza en su hombro, apreté los dientes y dejé que toda la frustración que sentía me derribara.

Y ahí estaba yo una vez más, patética, siendo ella mi único pilar y sostén. Frotó mi brazo con su mano.

—Está bien... estás bien... pronto terminará, Brooke...— prometió con voz baja

...

—¿A qué viniste, Brooke? —resopló pasándose la mano por la nariz

—Vine a ofrecerte una disculpa— suspiré por fin con las palabras atorándose en mi garganta

Era verdad, necesitaba limpiar como fuera mi conciencia. Había terminado yendo de vuelta por la noche a la casa de Jonas, enfocada en volver a tener relación con él de alguna manera, lo necesitaba dentro del juego.

—¿Una disculpa? — preguntó con tono jocoso volteando a verme y sonriendo de lado— ¿Quién lo diría? Brooke pidiendo disculpas por su comportamiento

Me sentí ligeramente molesta, y ni podía estar más avergonzada; había llorado gran parte de la tarde, hasta quedarme dormida, Julie me había hecho darme un baño y me había dejado en la puerta del edificio tan pronto como me bajé del auto.

—Ojo, Joe... vine a ofrecerte una disculpa, no a rogarte que me perdones— mascullé de mala gana haciendo una mueca

—Vale, vale... supongo que ¿disculpa aceptada? — asintió con la cabeza y soltó el aire contenido en los pulmones a causa de la expectación, me removí ligeramente, quería salir de ahí, pero necesitaba quedarme

—Bien... y ya que tengo la vida perdonada... ¿aún me llevarás a New York?

—¿Cuál es la obsesión?

—Tengo que ir a las oficinas de papá— me encogí de hombros— y en vista de que te ofreciste a llevarme no me dedique a buscar otro medio para llegar, así que...—necesitaba asegurarme de que ambos llegaríamos a la gran manzana esos días

20 preguntas [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora