XCIV [Primera parte]

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—¿Dónde estabas? —parpadeé con cuidado, mi mano aún sosteniendo la llave electrónica y la puerta moviéndose lejos de mi cuerpo por sí sola

—Buenos días para ti también, Kevin— alcé las cejas de mala gana, pude sentir a Nick tensándose detrás de mí

—Responde— exigió endureciendo su mirada, suspiré dando un paso al frente y aventando mi mochila a un lado, mi hermano menor cerró la puerta detrás de él y caminó a la cocina

—En casa de Elliot— murmuré sin muchas ganas, Kevin frunció la frente

—¿Elliot? — asentí— ¿Puedo saber qué hacías allá?

—No recuerdo que Elliot estuviera en la lista negra— eché el cuerpo sobre el sillón, las articulaciones reclamando el incómodo viaje en avión, Kevin se acercó a mi lado con los brazos cruzados y se sentó a mi lado, cediendo un poco tras un suspiro— Kevin, en verdad, dame un maldito respiro, no estoy escapando a ningún lado— escuché una taza caer el fregadero y casi sonreí cuando descubrí que había sido Nick, quien tenía las mejillas de un rosa intenso

—Tienes que llevar escolta, lo sabes Joe— suspiró más profundamente antes de pasarse la mano por la cara y echándose hacia atrás, su aspecto me llamó la atención

Era la primera vez en muchos meses que lo veía vestido como en ese momento: jeans, campera deportiva y un par de Nike de tela bastante deslavados; no pude evitar examinarlo quizá de más.

—Nick me llevó saliendo de la terapia— mentí sacándome el abrigo, el aludido caminó hacia nosotros y Kevin lo miró con las cejas arriba

—Noche de chicos— largó con una risa forzada y bastante creíble si considerábamos lo "molesto" que estaba con mis caprichos, Kevin asintió

—¿Estás... tomando la terapia? —preguntó dudoso, chasqueé la lengua

—Pregúntale a Nick si no lo crees— reí, el menor sólo soltó una risita nerviosa

—De acuerdo... sólo avisa— pidió cubriéndose la frente con una mano y resoplando— No puedo cruzar la ciudad por cosas así

—Si tomaras el detalle de llamar, probablemente te ahorrarías viajes inservibles— espetó Nick apretando el vaso de agua con los dedos, los miré sin ganas

—Olvide el celular en el apartamento ¿de acuerdo? — se justificó mirándome como si tuviera la culpa— Me llamaron directo a la oficina

—Que vigilados estamos ¿eh? —murmuré

—Espera... ¿Tú también estuviste con Elliot? — Kevin se notaba considerablemente más relajado

—¿Algún problema? — Nick se encogió de hombros antes de beber del vaso y desviarse hacia la escalera que conducía a las habitaciones, notablemente cansado y con intenciones de tomar una siesta, dejándome solo con el mayor

—¿Qué le ocurre? —resopló de mala gana

—Mala noche— murmuré, quizá hablando por los dos y cerrando los ojos, recargando todo el peso contra el respaldo

—¿Aún tienes pesadillas? —preguntó lentamente, asentí sin abrir la mirada y cruzándome de brazos

—Sí, pero no es eso... jugamos toda la noche— murmuré sonriendo de manera ligeramente cínica y pasándome una palma sobre el cuello, donde aún podía sentir una mordida ligeramente inflamada

—Vale— suspiró, lo sentí estirarse— ¿Cómo va la terapia?

—Mal— reí— Algún día terminará ¿no?

20 preguntas [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora