LXXXII

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Negué con la cabeza con ganas, no era capaz de procesar lo que decía, entendía perfectamente sus palabras, pero no les daba el más mínimo crédito.

El agua que brotaba de mis ojos no cesaba, las lágrimas se resbalaban tibias sobre mis mejillas, silenciosas y tortuosas. Miré al piso y pestañeé repetidas veces.

—Tú...—logré articular con un hilo de voz, volteé ligeramente para ver las botas de Brooke

—Debería contarte la historia— propuso Daniel

—No— saltó Brooke con ansiedad, la miré a la cara

El control que había logrado mantener se estaba esfumando, sus ojos parecían asustados y podría ver sus dedos temblar.

—Vamos, valiente Brooke—se burló el hombre— Mike tardará en llegar un rato, deberías entretenerlo al menos un rato

—Yo...— me miró a los ojos y después desvió la mirada, mirando a Julia, quien estaba detrás de mí

Y de pronto, un teléfono comenzó a sonar, estaba dentro del bolsillo interior de Brooke por lo que pude inferir, la morena miró a Daniel y él alzó las cejas, la interrogó con la mirada. La sangre se heló en mis venas cuando reconocí la tonada, era mi celular.

—Dime por favor que no estás jugando a la heroína— la miró gravemente y la soltó del brazo, Brooke negó con la cabeza lentamente

—Es la primera vez que intentan comunicarse— miré ansioso a la castaña, el celular dejó de sonar y comenzó nuevamente

—Te dije que no quería trabajo de más— suspiró él de mala gana

—No lo hay...— Brooke posó los ojos en mí de pronto, provocando que mis nervios se acrecentaran

—De cualquier manera te buscaran, lo sabes ¿cierto? —masculló Julia, volteé a verla

La mujer estaba cruzada de brazos con las cejas arriba, Tom un poco más atrás en actitud defensiva y un hombre que pude reconocer como el guardaespaldas de Daniel por haberlo visto antes. Regresé los ojos a Brooke, había sacado mi teléfono, estrellado de la pantalla y que seguía sonando insistente.

—Me llevaste a Atlanta a ver a mi padre— me susurró acercándose a mí

—¿Qué? —pregunté sin aire

El cañón de un arma se apoyó contra mi sien, el corazón comenzó a latirme con más fuerza y mis manos continuaron sudando. Brooke descolgó y colocó el aparato en mi oído, todos guardaron silencio.

—¿Sí? —respondí tragando saliva

—¡Joe! —exclamó la voz de Nicholas del otro lado, las lágrimas me mojaron en cuello; escucharlo era increíblemente doloroso y reconfortante

—Hola...— susurré con la voz hecha un hilo

—¿En dónde te has metido? —preguntó con la boca llena, mis labios temblaban con violencia

—¿Cómo dices? —logré articular ahogadamente

—¿Estás bien? —preguntó cambiando de actitud, escuché como tragó su bocado, Julia apoyó con más fuerza la pistola contra mi piel, apreté los ojos dejándome llevar por el miedo y dejé caer la cabeza, mi cuerpo completo temblaba violentamente

—Sí, sí, sí— aseguré hablando con rapidez para evitar que se me cortara la voz, las lágrimas me nublaban la vista

—¿En dónde estás? —preguntó receloso

20 preguntas [J.Jonas]Where stories live. Discover now