XXIV

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Una ráfaga proveniente de la ventana les movió los cabellos, Brooke estaba tan quieta que creía que si soltaba el aire demasiado rápido podría romperse, Joe seguía oculto entre su cuello y su cabello húmedo, con lentitud, el muchacho alzó la vista, mirándole la boca de labios rechonchos y rosados.

—Joe...

—No sabes las ganas que tengo desde el primer día de besarte, mujer...

—¿Por qué? —preguntó ella con voz entrecortada, subió su mano lentamente y acarició la mejilla de Joseph, el paso de sus dedos por la piel le dejó un caminito de fuego

—No lo sé—ladeó la cabeza ligeramente— quizá es puro capricho... quizá sea tu terquedad la que me atrae tanto...

—Pues hazlo...— soltó Brooke con voz chillona, tan rápido que hasta ella se sorprendió de su respuesta, pero, por mucho que deseara arrepentirse, poco podía hacer ya: Joe no lo pensó demasiado y se ya había inclinado sobre ella, tomándole la nuca e introduciendo los dedos entre el húmedo cabello...

El timbre del teléfono de Joe sonó, a ambos les pareció que con más volumen del acostumbrado. Jonas suspiró y se alejó con lentitud, Brandt no se movió, pero sentía la respiración demasiado profunda, como si no pudiera hacerlo.

—Pff... ¿diga?

—Joe, hola ¿ya estás en casa?

—Sí— resopló, levantándose del sillón y comenzando a da vueltas por la estancia— ¿qué ocurre?

—Oh, nada, solo quería ver si ya habías tomado tus medicamentos

—Como joden todos con eso... no aún no, estoy... haciendo otras cosas...— miró a la morena que acababa de enderezarse con cuidado y se había vuelto a abrazar las piernas

—Pues termina de hacer lo que hagas, mañana paso por ti temprano...

—No será tan fácil— río con amargura, rascando su nuca— ¿es necesario que viajes tan temprano para llevarme? ¿no sería mejor que descansaras y durmieras bien? — hasta Joe se sorprendió por su respuesta

—Bueno... pues... sí, pero...

—Nada, me voy en Uber mañana, te veo en la escuela por la tarde... estaré bien

—¿Estás seguro?

—A mis 25 patéticos años no he tenido la fortuna de logar suicidarme— dijo, casi con pesadez

—Muy gracioso, no sabes que risa— respondió Nick, enojado

—Venga, deja de llorar, sabes que quieres hacerlo

—Bien, confío en que serás niño bueno

—Por supuesto, mamá

—Buenas noches, te veo mañana

—Buenas noches...

Joe colgó el teléfono y miró a Brooke quien lo observaba con una sonrisita de suficiencia, ambos queriendo retomar lo dejado, pero sin saber cómo hacerlo.

—¿Quieres ver algo? —preguntó de pronto, necesitaba tomar aire y no quería hacerlo solo

—Eeeh... ¿ok?

—Ven— Joe la ofreció una mano, ella se levantó con cuidado y la tomó; el muchacho se acercó a la puerta y tomó las llaves

—Hey... ¿a dónde vamos? — preguntó claramente preocupada por su aspecto

—Nadie te verá, lo juro— se río

—Es que... hace frío— excusó

—Qué mala mentirosa...— entrecerró los ojos

20 preguntas [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora